Ocho de cada diez vascos avalan al Gabinete Urkullu

Desde las elecciones autonómicas de julio de 2020, celebradas recién terminado el estricto confinamiento domiciliario por el covid, Euskadi ha estado gobernada por una coalición de jeltzales y socialistas que, a diferencia del anterior mandato, contaba con mayoría absoluta en el Parlamento vasco. Sus 41 escaños en un hemiciclo compuesto por 75 han facilitado la aprobación de las leyes por antonomasia, los Presupuestos anuales, claves para la recuperación económica. La estabilidad política contrastaba con la del Ejecutivo central, que si bien ha logrado sacar adelante sus Cuentas en los últimos años, ha tenido que esforzarse en conseguir los apoyos suficientes.

El Ejecutivo PNV-PSE, en todo caso, no ha tenido un mandato particularmente plácido porque ha debido hacer frente a problemas económicos y sociales, sobre todo los derivados de la pandemia. En 2020, el PIB de Euskadi se derrumbó un 9,5% y la tasa de desempleo repuntó hasta el 11%. Las duras restricciones impactaron de lleno en sectores como la hostelería, el comercio y el turismo. Y, cuando el covid empezó a dar un respiro, en 2022, el conflicto bélico en Ucrania hizo que todo temblara de nuevo, sobre todo por el precio de la luz y el gas.

A todas esas complicaciones se han sumado el deterioro de servicios públicos como Osakidetza, la acumulación de conflictos laborales como el de la Ertzaintza y los retrasos en infraestructuras de vital importancia para la competitividad como el Tren de Alta Velocidad (TAV). En el apartado más político, el Gobierno vasco ha aprobado más de una treintena de leyes −entre ellas, la de Educación– y ha asumido nuevas competencias como Prisiones y el Ingreso Mínimo Vital (IMV), pero aún no se han completado los traspasos contemplados en el Estatuto de Gernika desde 1979 y tampoco se ha dado ningún paso nuevo para reformar la norma institucional básica de la comunidad.

Con todo esto sobre la mesa, la mayoría de la sociedad vasca considera que su Ejecutivo es merecedor de un aprobado: el 4% le da un sobresaliente, el 37% un notable y el 41% un suficiente. Sin embargo, el mapa de Euskadi recoge diferencias significativas entre los tres territorios históricos. Al igual que ocurre en el apartado específico referido a la Sanidad, el peor puntuado por los encuestados, en Álava es donde los ciudadanos conceden un mayor voto de castigo a la gestión del Gabinete Urkullu. La nota media en este territorio, el sociológicamente más complejo de los tres, es del 5,5 sobre 10, cuatro décimas menor a la media del conjunto de la comunidad autónoma. Gipuzkoa (5,9) se alinea exactamente con la media autonómica, mientras que Bizkaia (6), el fortín del PNV, ofrece la mejor de las notas. Si apenas el 16% de vizcaínos y guipuzcoanos otorgan un suspenso a la gestión del Gobierno vasco, entre los alaveses ese índice sube hasta el 25%.

Los matices también se perciben cuando se analizan las respuestas de los encuestados en función de su intención de voto. Como es lógico, aquellos que apoyan a los partidos del Gobierno vasco conceden mejores notas. Los del PNV (7,1) son los únicos en llegar al notable, mientras que los del PSE-EE son menos complacientes (6,1). Resulta igualmente esperable que quienes simpatizan con las fuerzas de la oposición se muestren más críticos, aunque tampoco mucho más: los de Podemos y Sumar (5,8) se acercan a la cota de los socialistas y los de EH Bildu también dan un aprobado (5,3). El único suspenso, aunque por muy poco, lo otorgan los del PP (4,9). Los indecisos (5,9) se colocan en la media y los abstencionistas bajan hsata el 5,4.

Por sexos, la satisfacción de hombres y mujeres con la gestión del Gobierno vasco es exactamente la misma, pero en los tramos de edades sí se aprecian diferencias. Como en otros apartados del estudio, aquí también se dibuja una curva en forma de 'U'. Esto es, los jóvenes y los mayores son quienes mejor puntuación otorgan: 6,4 entre los ciudadanos de 18 y 25 años y un 6,3 entre aquellos que superan la barrera de los 65. Entre medias, el resto de los colectivos se sitúan ligeramente por debajo de la media.