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«Esto es Navarra y Navarra es de los navarros, no se tienen que meter los vascos, a ver si el Gobierno se va a parecer al cuatripartito». Jesús, vecino de Cintruénigo de 94 años, no quiere «ni oír» hablar de un eventual pacto de ... los socialistas con Geroa Bai, Podemos y Ezkerra para, con la necesaria abstención de EH Bildu, convertir a María Chivite en presidenta de la comunidad foral. Lo dice rodeado de un grupo de amigos en Los Paseos, uno de los enclaves centrales de este municipio de la Ribera de casi 8.000 habitantes, a pesar de que la candidata del PSN nació, se crió e hizo política local en el pueblo antes de dar el salto a Pamplona. «¡Claro que me gustaría que fuera presidenta, a ver si alguien hace algo por esta zona», replica Francisco, un repartidor «de todo» que advierte sobre la tasa de desempleo desde que la crisis acabó con el alabastro, una de sus principales fuentes de riqueza.
Cintruénigo sintetiza en la voz y el voto de sus vecinos las dos almas de una autonomía que ha atraído como nunca la luz y los focos del interés nacional porque el desenlace de su galimatías parlamentario tras los resultados del 26-M puede ser determinante para la gobernabilidad del país. «Ahora nos miran todos por puro interés, los años anteriores ni hemos existido», dice con aire de enfado Ángela junto al quiosco de música. Navarra Suma, la coalición de UPN, PP y Ciudadanos, logró en los comicios autonómicos 20 escaños. Fue con diferencia la fuerza con más apoyos por delante del PSN, que obtuvo once. Con estos datos, el pactómetro no es muy fértil. O los socialistas se abstienen en la investidura y facilitan un Gobierno de la entente de derechas, o llegan a un acuerdo con las formaciones abertzales y de izquierdas para aupar a Chivite al Palacio Foral. La opción extrema sería otra convocatoria de elecciones.
En las últimas citas con las urnas, los cirboneros -gentilicio de los habitantes de Cintruénigo- han apostado sobre todo por Navarra Suma, ganadora el 28-A y el 26-M, y el PSN, con distancias mínimas entre ambas siglas. En los comicios generales, la diferencia fue únicamente de 79 papeletas; en los autonómicos, de 333; y en los municipales, de 436. A tenor de sus respuestas, un elevado porcentaje de vecinos han acabado muy descontentos en la última legislatura con el denominado Ejecutivo del cambio -integrado por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos y Ezkerra- porque interpretan que han dado más valor al componente ideológico que a la gestión. Los anhelos de anexión a Euskadi de la formación de la presidenta en funciones, Uxue Barkos, y de la coalición soberanista generan mucha desconfianza en esta tierra, donde su presencia es testimonial. «Sólo van a pensar en eso», insiste Jesús en Los Paseos.
Lo cierto es que Navarra es ahora mismo un laberinto político con intrincadas ramificaciones en el País Vasco y Madrid. María Chivite ha mantenido la agenda de contactos con el resto de partidos y Ferraz le ha dejado hacer sin clarificar si ve o no con buenos ojos que las aspiraciones de la candidata socialista dependan de una abstención de Bildu. «La dirección del PSN ha sido tajante. No habrá acuerdos con Bildu. Por tanto, estamos tranquilos porque cumpliremos con nuestra palabra. El PSOE conoce perfectamente nuestro posicionamiento y nuestro compromiso de no pactar con Bildu y saben que cumpliremos. Por eso, más allá del interesado ruido que hace la derecha, que por cierto no tiene ningún problema en pactar con Vox, lo cierto es que somos coherentes con lo que decimos y así lo haremos», subraya la concejala socialista de Cintruénigo Conchi Gómez en representación del resto de ediles de su grupo.
El apellido Chivite es casi una institución en la localidad. Quizás por esta razón, y con el ánimo de evitar equívocos, la inmensa mayoría de los cirboneros tienen un apodo que en muchas familias se transmite de generación en generación. El apellido también sabe a vino, otra actividad asentada desde hace tiempo en el pueblo. «Pero para crecer necesitamos canal, más agua», apunta Óscar Bea, de Navarra Suma, quien el próximo día 15 se convertirá en el nuevo alcalde con mayoría absoluta -siete corporativos frente a los cinco del PSN-. Su lectura sobre la situación política difiere de la de Conchi Gómez. «Nosotros pensamos que es mejor un Gobierno de Navarra Suma que uno del PSN con otras agrupaciones. Navarra Suma siempre propuso apoyarse en los socialistas si era la más votada. De hecho, les tendieron la mano ya antes de las elecciones para gobernar juntos y desde el PSN se rechazó», añade.
El inesperado giro de UPN al ofrecer sus dos diputados a Pedro Sánchez para la investidura a cambio de que los socialistas faciliten la de Javier Esparza en la comunidad foral le parece un movimiento interesante. «Está intentado jugar sus bazas para sacar beneficio para Navarra, como hacen el PNV y antes CiU ganando lo que pueden en Madrid para sus comunidades», argumenta Bea. «Los hechos y la trayectoria de UPN hablan por sí solos, cero credibilidad y buscar titulares y el minuto de gloria», discrepa Gómez, quien agrega que para los socialistas de Cintruénigo «sería un orgullo y una emoción muy grande» que Chivite presidiera Navarra «porque ejerce de cirbonera y está muy vinculada a su pueblo». El próximo regidor tiene su propio punto de vista. «Estamos un tanto desengañados porque en la campaña que han hecho (los socialistas) para este año (Chivite) no ha aparecido por Cintruénigo».
Los electores suelen ser casi siempre más prácticos que sus representantes políticos, sobre todo cuando éstos desempeñan su actividad a kilómetros de distancia y la posibilidad de influir en ellos son nulas. Por eso en este enclave de la Ribera hay vecinos que han votado a Navarra Suma que tratan de buscar el lado bueno de un mapa tan borroso. Sentada en el banco de un parque mientras se abrocha el jersey para protegerse del frío en la caída de la tarde, Amparo, cerca de los 70 (no quiere confesar su edad), da una lección de pragmatismo después de lanzar un suspiro de cierto hastío: «Si gobierna Javier Esparza mucho mejor, pero si lo hace María Chivite, aunque no la he votado, al menos es del pueblo».
Óscar Bea | Futuro alcalde (N+)
Conchi Gómez | Concejala del PSN
79 votos más que el PSN obtuvo la coalición Navarra Suma en las elecciones generales del 28-A.
333 apoyos más que los socialistas logró la entente UPN, PP y Ciudadanos en las autonómicas.
436 papeletas más que el PSN consiguió Navarra Suma en los comicios locales del 26-M.
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