La munición 'dura' y 'blanda' de la Ertzaintza

La decisión de dejar de utilizar las pelotas de goma en la Ertzaintza se tomó de un día para otro. Fue a raíz del fallecimiento de Iñigo Cabacas en abril de 2012 como consecuencia del impacto de uno de estos proyectiles. Aquel caso evidenció lo letales que podían ser estas pelotas, las numerosas deficiencias que se produjeron en la investigación interna de la Policía vasca y, también, el descontrol que existía a la hora de supervisar el uso de las armas antidisturbios. De hecho, el juicio se cerró con una condena de dos años para el mando que estaba sobre el terreno y sin que se llegase a saber quién fue el agente que realizó el disparo mortal, entre otras anomalías.

La muerte de Cabacas precipitó los cambios en la Ertzaintza. A partir de ese momento se empezaron a introducir cambios para tratar de reforzar los controles internos. Uno de ellos fue empezar a colocar los números de identificación de los agentes en los chalecos de protección. Las escopetas 'benelli' quedaron restringidas y, a partir de ese momento, sólo podían formar parte del equipamiento de los miembros de Brigada Móvil, aunque la realidad es que nunca volvieron a ser utilizadas. Pero la medida fundamental fue cambiar las escopetas de pelotas de goma por lanzadores HK 169, que disparan proyectiles de foam. Se trata de una especie de espuma mucho menos agresiva que las pelotas de goma.

La Ertzaintza utiliza dos tipos de munición con esta arma. Son los cartuchos SIR y SIR-X, que fabrica la firma Brügger & Thomet (BT). El primero tiene la capucha amarilla y los agentes pueden utilizarlo si reciben el visto bueno de su superior inmediato. El otro proyectil se llama, el SIR-X, y es bastante más duro. De hecho, estas herramientas policiales sólo pueden ser utilizadas si se recibe la autorización de la jefatura territorial.

En los últimos años, la mayoría de la munición que se ha utilizado en los operativos de orden público ha sido la de las capuchas amarillas, las menos lesivas. Sin embargo, los cartuchos de foam también se han visto envueltos en diversas polémicas por las heridas sufridas por diversas personas, aunque en varios casos se ha descartado que las lesiones estuviesen relacionadas con esta munición.

Los lanzadores HK de la Ertzaintza también han generado problemas internos. El fundamental ha residido a la hora de acoplar las armas y la munición, que son de dos marcas comerciales distintas. Una decisión que se adoptó por «motivos económicos», pero que ha reducido «la precisión de los disparos y la operatividad de estas armas en algunos casos», según fuentes internas. Ya en el primer momento estos desajustes provocaron contratiempos. Pero incluso el pasado jueves se restringió el uso de las SIR-X en determinadas comisarías por un problema con varios de los lotes recibidos en las últimas fechas que no permitían garantizar la precisión del disparo. «Si arma y munición fuesen de la misma marca no existirían estos contratiempos», apuntan los mismos medios.