Muere el empresario José María Aldaya, secuestrado por ETA en 1995 y símbolo del lazo azul

La propia ETA señaló en su momento que había secuestrado al empresario por negarse a pagar el 'impuesto revolucionario' que los terroristas exigían a empresarios e industriales vascos. Durante su secuestro se intensificó la campaña del lazo azul para exigir su libertad, de manera que se convirtió en un símbolo.

En junio de 2008, doce años después de su secuestro a manos de ETA, José María Aldaya tuvo que volver a recordar sus 340 días de cautiverio en el minúsculo zulo en el que la banda terrorista le recluyó entre el 8 de mayo de 1995 y el 14 de abril de 1996. El empresario, que reconoció entonces que tras el secuestro se quedó «medio loco» y que, desde entonces, arrastraba unas caderas «deshechas», debido a los movimientos que tenía que realizar en el habitáculo en el que estuvo recluido. Aseguró que intentaba «olvidar» el calvario vivido.

Ante el juez, Aldaya tuvo que relatar como la noche del secuestro, mientras se dirigía en su coche a casa, un vehículo le cerró el paso y de él se obligado por varias personas armadas a bajarse. Tras colocarle una capucha, le pusieron una inyección que le durmió hasta que se despertó en un zulo de 3,5 metros de largo, uno de ancho y dos de alto, en el que estuvo retenido

Gracias al ADN y a las huellas halladas en el lugar, los investigadores lograron identificar a dos de los cuatro etarras que se sentaron en el banquillo, entre el grupo de secuestradores que retuvo al empresario. Se trataba de José Javier Arizkuren Ruiz, 'Kantauri', y Dolores López Resina, 'Lola'.

El 18 de diciembre de 2008 la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a 'Kantauri' y a 'Lola', a 17 años de cárcel a cada uno por la comisión de un delito de detención ilegal en el que incurrieron como «inductor» y como autora material, respectivamente, al secuestrar y recluir en un zulo entre el 8 de mayo de 1995 y el 14 de abril de 1996 a Aldaya.

En noviembre del pasado año la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias acordó que Gregorio Vicario Setien, condenado, entre otras acciones, por el secuestro en 1996 del empresario Cosme Delclaux y del industrial José María Aldaya un año antes, pasara de la prisión de Topas (Salamanca) a la cárcel de Burgos, donde cumplirá las tres cuartas partes de su condena en enero de 2036. El preso fue entregado por Francia a España en febrero de 2016.