«Nadie tiene el monopolio del relato en Euskadi, necesitamos una memoria que no sea un dogma»

- Hay varios proyectos pero quizá esa visión del corto plazo sea uno de los problemas que tenemos, la necesidad de generar. No sé si serán a corto. Estamos definiendo el plan de investigación.

- ¿Cuáles serán los ejes?

- Uno es cerrar el análisis de la vulneración de derechos humanos en las cárceles franquistas. Se ha hecho un trabajo cuantitativo pero quizá poco cualitativo. No se conocía el itinerario carcelario de estas personas. ¿Es lo mismo un preso de guerra en 1937 que otro en 1941, cuando el régimen ya está asentado? Vamos a diferenciar las fases. Y hay un segundo eje que es nuevo.

- ¿Sobre qué?

- Es sobre la conculcación de derechos humanos en torno a la diversidad sexual y el colectivo LGTBI. Apenas se ha tratado en España y consideramos que es necesario. La ley de vagos y maleantes o el escándalo público, que era un delito. Es normal empezar por los fusilados pero creemos que hay que dar profundidad a nuestra memoria.

- ¿En memoria reciente, esa otra pata de Gogora, con qué están?

- Sí, estamos trabajando en el conocimiento de los grupos de extrema derecha. ETA está muy trabajada, con muchos estudios, y queremos conocer los grupúsculos de extrema derecha. La Triple A, el BVE o los Guerrilleros de Cristo Rey.

- La consejera María Jesús San José ha sido crítica con la labor de Gogora hasta ahora. ¿Qué cree que hay que cambiar?

- Esto que estoy explicando. Desde un punto de vista metodológico, se ha centrado la investigación en cuestiones cuantitativas porque dan resultados rápidos. Hubo 54.000 presos, bien. Pero falta el esfuerzo de explicar el contexto. Eso le ha faltado a Gogora. Y otra de sus carencias ha podido ser las relaciones con otras instituciones. Queremos normalizar las relaciones con todas las instituciones. El Memorial, claro, pero también el Instituto Navarro de la Memoria, la Secretaría de Estado de Memoria Democrática... o entidades de Cataluña y Asturias. En la batalla del Mazucu en Llanes hubo muchos vascos en los dos bandos. Y hubo 86 llaniscos en cárceles vascas. Mi reto es reforzar al máximo esas relaciones.

- ¿Por qué Gogora y el Memorial no organizan actos juntos?

- Por qué no lo hacían yo no lo sé.

- ¿Cree que deben hacerlo?

- Sí, sí, por supuesto. A mí la noticia de mi nombramiento me sorprendió en el Centro Memorial. Tengo muy buena relación con ellos hace tiempo. Vamos a traer una exposición suya.

- ¿Tienen sentido dos días de la memoria, uno del Gobierno central y otro del Gobierno vasco? Uno Gogora y otro el Memorial.

- Tiene sentido celebrar el Día de la Memoria. Hubo otro en Bilbao, en Donosti, en Arrasate, en muchos sitios. Que el Gobierno central interiorice el día de la memoria vasca me parece fenomenal. Lo importante es que se celebre. Que durante 24 o 48 horas se hable de esto. No hay competencia sino que cuanto mayor sea el eco, mejor. Ya iremos evolucionando y encajando cómo celebrarlo.

- San José alertó del riesgo de llegar a dos memorias encontradas. ¿Ve ese peligro?

- Gogora es el Instituto de la Memoria y la Convivencia. Más allá de que pueda existir ese riesgo nuestro trabajo es evitar que eso ocurra. Necesitamos una memoria crítica, reflexiva, que no sea un dogma de fe. Pero todas ellas unidas por la convivencia y el respeto a los derechos humanos, que son innegociables. Matar está mal, torturar está mal, extorsionar está mal.

- ¿Cree que todas las memorias que manejamos hoy encajan ahí?

- Los principales relatos sí encajan. Como se recordó el otro día en las jornadas de los Buesa, hubo un 20% de la sociedad vasca que vio bien o justificó que hubiera asesinatos. Tenemos que trabajar para deslegitimar un relato que tenía verdadero peso en nuestra sociedad. A partir de ahí nadie tiene el monopolio del relato. Gogora debe ser un lugar de debate.

- ¿En qué punto está el proyecto de 'Gogoragune', ese gran espacio expositivo en la sede?

- Hay un pequeño retraso pero creo que la parte estructural estará terminada para enero o febrero. Va a ser muy audiovisual. Aborda desde la Guerra Civil y el franquismo, dividido en dos fases, a ETA -que tiene un capítulo propio-, los grupos de ultraderecha, la violencia policial ilícita y los grupos pacifistas. Ahora estamos trabajando el contenido.

- Esa es la parte delicada.

- La consejera se comprometió desde el primer momento a llegar a consensos y en eso estamos trabajando. Queremos que los guiones reflejen las diferentes formas de ver nuestro pasado y que no incomoden a nadie. Que no sea un relato parcial. Se lo daremos a esos cinco expertos que ha elegido el Parlamento vasco.

- EH Bildu criticó que se quedara fuera uno de sus expertos.

- Fue una cuestión matemática. Se presentaron seis y había que elegir cinco. Yo ahí no me meto. Son cosas del Parlamento.

-¿Van a ver los contenidos las asociaciones de víctimas?

- En un principio vamos a llevar el borrador a los cinco expertos, entre los que hay víctimas. Y luego seguiremos trabajando.