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Pello Otxandiano defiende que EH Bildu tiene voluntad de llegar a un acuerdo presupuestario con el Gobierno vasco si PNV y PSE salen de «su ... zona de confort». Pero el que fuera candidato a lehendakari y ahora portavoz parlamentario de EH Bildu mira más allá y apunta a la oportunidad que, en su opinión, existe para reconfigurar toda la estructura del Estado. Un análisis que explica, en gran medida, el respaldo de la coalición a Pedro Sánchez.
- ¿Hay posibilidad real de pactar los Presupuestos con el Gobierno vasco o estamos viendo una especie de juego de estrategia en el que nadie quiere romper?
- Tenemos voluntad sincera de llegar a un acuerdo porque creemos que este país lo necesita. Pero es una negociación singular porque este Gobierno tiene mayoría absoluta y no necesita apoyos parlamentarios, lo que está buscando es apoyo político. Y si lo quiere, tiene que moverse.
- ¿Y ustedes no tienen ningún interés político? ¿No les viene bien para reforzar su perfil de partido pragmático?
- Es que no creo que tengamos necesidad de ello.
- Pero más allá de las declaraciones de buena voluntad que tanto ustedes como el Gobierno trasladan, ¿hay mimbres para llegar a ese acuerdo?
- El último acuerdo fue el de 2022, y las condiciones eran exactamente iguales: mismo gobierno con mayoría absoluta. Entonces pactamos una dotación presupuestaria de 86 millones y ahora planteamos 95. Creemos que si fue posible para 2022, ahora también. Pero le toca al Gobierno vasco salir de su espacio de confort. Y si no hay voluntad de ello, pues no estaremos en el acuerdo, no tenemos ninguna necesidad.
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- Hablan de cambios estructurales. ¿Y eso se logra con incluir 95 millones?
- No solo. Hay una parte que es económica. Ese dinero iría destinado a la adquisición de vivienda para conformar un parque de vivienda público, pero después hay compromisos políticos que hay que adquirir: plantear otra forma de colaboración público-privada en el ámbito de la vivienda, intervenir los precios de los alquileres, poner tope a los pisos turísticos, movilizar las residencias vacías...
- ¿La decisión de mantener viva la negociación ha sido una respuesta al respaldo del PP al Gobierno foral en Gipuzkoa?
- En absoluto, las decisiones que adoptamos en relación a las diputaciones o al Gobierno vasco no están conectadas. No se trata de un cambio de cromos.
- En Gipuzkoa no hay pacto presupuestario, en Euskadi ya se verá, en Navarra sí, ¿y en Álava?
- Pues no lo sé. Nuestro planteamiento en todos los ámbitos competenciales es más o menos el mismo. Es verdad que ni los temas ni los Presupuestos son iguales, pero la visión con la que estamos abordando todas las negociaciones es la misma.
- ¿Si hay pacto presupuestario habrá acuerdo sobre la reforma fiscal?
- Son debates conectados. Por ahora solo conocemos un simple paquete de deducciones fiscales. El debate en profundidad no llegará hasta los primeros meses del año que viene.
- Hay parte de sus bases y de los sindicatos que les están pidiendo una oposición más contundente.
- Yo creo que la gente lo que ahora demanda son políticas que sean capaces de solucionar los retos y los problemas que tenemos encima de la mesa. Y ahora toca ser radicalmente realistas y pragmáticos. El camino de transformación que hay que hacer tiene que ser un proceso que dé seguridad a la gente.
- ¿Hay una batalla entre ustedes y el PNV por ocupar el centro sociológico?
- Pues sí, porque somos dos fuerzas políticas que hoy en día estamos casi a la par. Esa competencia es inevitable. Y además, incluso sana, si se gestiona adecuadamente. Pero no creo que estemos rebajando nuestros principios ideológicos. Se ha visto en el debate de la reforma fiscal en el Estado quién defiende qué posiciones. El PNV no hace demasiado explícitas algunas posturas que defiende en materia fiscal, energética o de vivienda porque sabe que la sociedad vasca está en el eje centro-izquierda.
- EH Bildu anunció en la campaña electoral que tres meses después de que arrancase la legislatura se iba a reactivar el debate del nuevo Estatuto. Han pasado ya seis meses y no hay nada.
- Hay conversaciones privadas entre los partidos y existe un escenario a nivel estatal que es absolutamente inestable. No se clarifica la situación como para que este proceso eche a andar, pero como no parece que vaya a haber estabilidad en toda la legislatura en el Estado, hay que hacer la reflexión de que el momento es este y ya está; no vamos a tener uno mejor.
- ¿Han hablado ustedes con el PSE?
- Con el Partido Socialista, sí, en general. En este debate, evidentemente, el Partido Socialista de Euskadi es un agente porque el acuerdo hay que hacerlo aquí, pero este debate también es una oportunidad para la democratización y la modernización del Estado porque la izquierda no pueda gobernar de forma mínimamente estable el Estado si no aborda este debate.
- Es decir, que hablan con el Gobierno o con dirigentes del PSOE que no tienen por qué ser del PSE.
- Bueno, esta legislatura empezó con diferentes acuerdos y con el presidente Sánchez diciendo formalmente que es el momento de abordar este debate.
- ¿Pero qué falta entonces?
- Yo creo que no falta nada. Todas las variables están despejadas y es un debate muy manido. Lo que toca es concretar. ¿Eso cómo se hace? Necesitamos diferentes foros. Seguramente uno más discreto entre partidos para que sigamos allanando el camino, espacios de contraste con fuerzas del ámbito estatal, también es un debate que repercute a otras naciones como la catalana... Yo creo que los siguientes meses van a ser definitivos.
- Ustedes plantean dos cuestiones: reconocimiento nacional y derecho a decidir. ¿Las dos son indispensables?
- La cuestión importante es cómo se articula el derecho a decidir. En cuanto a la relación con el Estado, a esa relación bilateral efectiva, a la relación con los diferentes territorios vascos, a la salvaguarda que tiene que suponer un nuevo estatus político ante la injerencia del Estado, al sistema de garantías, etc. Y el reconocimiento nacional es sobre lo que se construye todo y tiene que tener efectos jurídicos y políticos. Y sobre estas dos cuestiones es sobre lo que se debe levantar la arquitectura del nuevo Estado.
- Pues el PSE rechaza esos efectos jurídicos y todo lo relacionado con el derecho a decidir.
- Bueno, ya veremos... No tiene sentido decir que el Estado es plurinacional para después sostener que Euskal Herria puede ser una nación igual que Aragón o Murcia. No, es que la misma Constitución distingue entre nacionalidades y regiones.
- ¿Se están buscando fórmulas a través del actual marco legal?
- Si se interpreta la Constitución como se ha hecho hasta ahora no nos vale para nada porque está generando un proceso involutivo. ¿Pero se puede interpretar de tal manera que dé pie a una democratización del Estado? Hay análisis que van en ese sentido, pero depende de si hay voluntad política. No hay mayoría para hacer una reforma constitucional, pero a través de interpretaciones más abiertas de la Constitución se pueda avanzar en ese camino federalizante y plurinacional. Que llegue, digamos, a reconocer cierta relación confederal a esas naciones que se diferencian de las regiones. Y el momento de hacerlo es ahora.
- ¿Es uno de los motivos por los que EH Bildu se esfuerza en que Sánchez siga en la Moncloa?
- Sin duda. Desde el primer minuto dijimos que aquí hay que avanzar en la normalización de las consecuencias del conflicto político, en políticas antineoliberales y en el reconocimiento nacional. Y estamos recorriendo los tres caminos.
- ¿Cómo se explica que teniendo el PNV y EH Bildu el 70% de representación en el Parlamento el rechazo a la independencia sea mayor que nunca?
- La independencia, y tal como se hace la pregunta en el Sociómetro, evoca a personas en Cataluña intentando meter una papeleta en una urna y a la Policía golpeando a esa gente. Eso es un proceso traumático que la gente no quiere. Nadie desea un empeoramiento de las condiciones de vida. Pero si ese proceso de llegar a un Estado se pudiera hacer a través de un proceso democrático y pacífico, entonces sería diferente.
- La ponencia política de EH Bildu para el congreso de febrero viene a decir que a día de hoy la independencia es poco factible y que la mejor fórmula es una confederación. ¿No es un baño de realidad a toda la trayectoria histórica de la izquierda abertzale?
- EH Bildu es una fuerza política que va más allá de la izquierda abertzale. Confluyen independentistas, abertzales, independentistas que no son abertzales, soberanistas que formulan o plantean fórmulas como la confederación, etc. Pero todos confluimos en una cuestión, que es el respeto a la voluntad democrática del pueblo vasco.
- Hace unas semanas, Rafael Díez Usabiaga apostaba por «un federalismo asimétrico de naturaleza confederal». ¿Está de acuerdo?
- Sin duda, sí. Desde la izquierda abertzale siempre se han formulado propuestas tácticas entre la situación actual de autonomía, la relación del Estado y la independencia.
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