La moción de censura en Estella que despojó este martes de la Alcaldía a Navarra Suma para pasar a manos de EH Bildu con el apoyo de Geroa Bai y dos concejales tránsfugas del PSN, y la polémica generada por el hecho de que el ... pleno fuera presencial mientras los ciudadanos sufren un confinamiento forzoso por el coronavirus, desencadenó un agrio y bronco cruce de acusaciones entre regionalistas y socialistas que trascendió el ámbito municipal y volvió a constatar que ambas formaciones tienen aún cuentas pendientes. UPN acusó al Gobierno de María Chivite de no haber puesto todos los medios para evitar la maniobra que ha dejado sin el bastón de mando a Gonzalo Fuentes, unas palabras descalificadas por el PSN, que expulsó de manera fulminante a los dos corporativos díscolos en cuanto conoció su alianza con la coalición soberanista.
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La sesión, muy breve, se desarrolló a puerta cerrada y los ediles se repartieron por el salón de plenos para mantener las distancias debidas. No hubo debate porque los siete concejales de Navarra Suma ya habían anunciado la víspera que no asistirían por «responsabilidad». Tampoco estuvo el único que le queda al PSN en la localidad tras la 'fuga' de los otros dos. Como estaba previsto, los seis representantes de EH Bildu, el de Geroa Bai y los tránsfugas hicieron valer sus votos para echar a Navarra Suma y devolver la Alcaldía a Koldo Leoz, de la izquierda abertzale, regidor en la pasada legislatura. Ocupará el principal sillón del Ayuntamiento de Estella hasta el 1 de marzo de 2022, fecha en la que pasará el testigo a Jorge Crespo, uno de los ediles díscolos. La otra es Magdalena Álvarez.
La disputa entre los partidos por lo ocurrido en el municipio navarro tuvo una doble dirección. La puramente política la capitalizaron públicamente socialistas y regionalistas, que parecían haber aparcado sus diferencias por la emergencia sanitaria y ayer se pudo comprobar que era una tregua virtual. La sima entre la formación de Chivite, que gobierna la comunidad en coalición con Geroa Bai y Podemos, y de Javier Esparza, el portavoz de Navarra Suma, es casi insalvable. Ya se sabía lo que iba a suceder en Estella desde hace semanas y sin embargo volvió a desatarse la tormenta. «#TodosConGonzalo en el día en que se va a consumar la indigna moción de censura contra él que Chivite no ha querido impedir. Un Ayuntamiento más que el PSN permite tener a Bildu», lanzaba UPN en Twitter. «Es miserable», replicaron los socialistas.
En lo único que coincidieron ambos partidos es en que el pleno no debería haberse celebrado presencialmente en mitad de una crisis sanitaria de semejante magnitud y cuando la mayoría de las instituciones han normalizado la vía telemática. Sorprende la actitud de Bildu. Su vehemencia en la defensa del confinamiento total de la población y su decisión de no acudir a los plenos del Congreso contrasta con la presencia en Estella de sus seis corporativos.
En este sentido, el nuevo regidor responsabilizó a Navarra Suma que, según denunció, sabía que la opción telemática era posible y no sólo renunció a ella sino que decidió no presentarse. «Cuando toda España está pendiente de su salud y su trabajo, Bildu vuelve a hacer de las suyas. Pleno PRESENCIAL en Estella para una moción de censura contra Navarra Suma. Indecente. Anteponen su sillón al bienestar de la gente», criticó en un tuit la presidenta del PP de Navarra, Ana Beltrán.
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