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«Al final me voy a tener que ir de aquí». La frase fue recurrente durante los años de plomo, en los que se estima que más de 60.000 personas tuvieron que abandonar Euskadi por la presión radical. El problema es que esa misma ... reflexión la hizo ayer Ander García Oñate, un chaval que apenas tenía 12 años cuando ETA dejó de matar. Ahora tiene 22 y el jueves interpuso ante la Ertzainza una denuncia por acoso después de que varios desconocidos le increparan en una discoteca de Vitoria y luego le siguieran por la calle al grito de «pepero de mierda».
Es la sexta demanda que García Oñate presenta por las mismas circunstancias desde que en 2019 fue el candidato popular a la alcaldía de Legutio. Aunque, por lo que cuenta, las denuncias podrían haber sido muchas mas. «Cada semana hay algo», reconoce en declaraciones a EL CORREO. Su pareja ha dicho basta. «Lo hemos dejado, no aguantaba». «Es un acoso y derribo sistemático, cualquier día va a pasar algo», dice.
Pero lo cierto es que ya están pasando cosas. A finales de 2020 le llegó un audio amenazante al 'WhatsApp' desde un número oculto. «¿Quién eres?», preguntó. La respuesta fue inequívoca: «El mismo que te va a abrir la cabeza, fachaijueputa». Hace un mes radicales empotraron su coche contra una señal de tráfico en Legutio porque del retrovisor colgaba una pulsera de España y de la Virgen del Pilar. Y hace unas semanas se vió obligado a abandonar un pub de Vitoria escoltado por una decena de ertzainas después de que un desconocido se le acercara, le lanzara primero unos hielos, luego la bebida y después el vaso. Al final, lo amenazó. «Si salgo fuera te mato».
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En otoño, a las puertas de la misma discoteca del pasado jueves, otra joven le increpó. «Hijo de puta», «pijo», «facha». El PP vasco hizo público lo ocurrido y el incidente mereció la condena unánime de todo el arco político a excepción de EH Bildu, y llevó a Pablo Casado a exigir al Gobierno central la convocatoria urgente de la comisión sobre delitos de odio. Aquella chica fue identificada por la Ertzaintza, reconoció que actuó por motivos ideológicos... y a las pocas semanas lo volvió a hacer. Ya no puede entrar a la discoteca, «pero la gente de su entorno sí», señala García Oñate. A ese grupo atribuye lo ocurrido la semana pasada. «Miedo no tengo, pero empieza a ser agobiante», reconoce. La Ertzaintza ha identificado ya a cuatro personas por el hostigamiento.
El incidente ha sido condenado durante las últimas horas por diferentes dirigentes del PP vasco. «Injustificable la violencia de odio político. Sobran los que amenazan la convivencia y justifican estos actos», lamentó Carlos Iturgaiz a través de sus redes sociales. Nuevas Generaciones Euskadi, colectivo del que forma parte el acosado, emitió un comunicado en el que advirtió de «la frecuencia con la que se están registrando actos propios de otras épocas».
Que se sepa, García Oñate es el tercer joven del PP que es acosado en Vitoria durante los últimos años. El pasado octubre Iturgaiz, se vio obligado a convocar un acto acompañado por varios afectados en el que proclamó que el partido «no se dejará amedrentar». El líder de los populares alaveses, Iñaki Oyarzábal, fue un paso más allá y acusó a «la escuela vasca» de generar «un clima de odio a lo español».
Todos los sucesos son conocidos. En 2018 David Chamorro fue apaleado por varios encapuchados en el campus alavés de la UPV después de que intentara crear una plataforma en favor de la unidad de España. Tenía 18 años. «Aún recuerdo que lo último que me dijeron antes de que perdiese conocimiento fue 'español de mierda'», evoca.
El pasado mayo el agredido fue Iñaki García Calvo, exconcejal del PP en Vitoria. Tenía 23 años y fue abordado por varios desconocidos en el casco viejo de Vitoria mientras se tomaba una cerveza con amigos. «Todo empieza por una cuestión puramente ideológica», recuerda, «de repente se acercan dos o tres personas y me preguntan '¿tú eres del PP?' Entonces me dicen, 'fuera de aquí, márchate que tú no puedes estar aquí'». El primero le lanzó una cerveza, el segundo un kalimotxo y el tercero le agredió cuando García Calvo intentaba abandonar el lugar.
A los incidentes de Vitoria hay que sumar otro que se registró en Gernika el año pasado. La víctima fue el hijo del propio Carlos Iturgaiz, al que un grupo de radicales increpó mientras disputaba un partido de fútbol. «¡Te vamos a quemar vivo con tu puto padre!», tuvo que escuchar el chaval desde detrás de una de las porterías. El acta del partido recogió los insultos y también el hecho de que varios individuos se adentraran en el campo «con intención de encararse y de agredirle».
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