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Idoia Mendia exigió este sábado al PNV el «máximo respeto» hacia los votantes del PSE en vísperas de que la negociación para conformar los ayuntamientos coja velocidad de crucero y afirmó que su partido «nunca antepondrá los intereses personales a los generales», en alusión - ... aunque sin citarla- a la polémica ya encauzada en Irún.
Las palabras de la máxima dirigente de los socialistas vascos no son en absoluto cuestión baladí. Sobre todo, por el momento en el que se producen. Mendia, que ayer participó en Vitoria en un acto político con militantes alaveses junto a la líder de este territorio, Cristina González, defendió la apuesta del PSE por reeditar el acuerdo global que firmaron hace cuatro años con el PNV para garantizar la estabilidad de las instituciones. «Queremos que el futuro de Euskadi se construya sobre la base de pactos que sirvan para crecer. El nuestro es un proyecto de izquierdas, pero abierto a todos. Y esta vía de abrirnos al diferente ya no tiene marcha atrás. La vía del entendimiento entre distintos, de la estabilidad y la que permite las grandes transformaciones», proclamó la dirigente socialista.
Mendia quiso, ahora bien, dejar dos cosas claras a los inquilinos de Sabin Etxea. En primer lugar, pidió «el máximo respeto» para los suyos. Lo hizo veinticuatro horas después de que se despejara el panorama en Irún. El Euzkadi buru batzar forzó la retirada del «rebelde» Xabier Iridoy, que no disputará la alcaldía al socialista José Antonio Santano, candidato más votado. Pero cargó la 'culpa' sobre las espaldas del PSE. Tanto la formación jeltzale como su líder en Gipuzkoa, Joseba Egibar, aseguraron dar el paso por «responsabilidad» ante el «chantaje» de los socialistas de no firmar el pacto y la «amenaza» de «desestabilización institucional». En el PSE no quisieron el sábado bajar al barro. Solo se congratularon por haber encarrilado la situación a tiempo. Pero ayer ambos partidos intercambiaron posiciones. El PNV guardó silencio y fueron los socialistas, de la mano de su secretaria general, quienes ofrecieron la réplica.
Mendia afirmó que el PSE actúa por «responsabilidad», como lo ha hecho, subrayó, «durante sus 140 años de historia». No dudó en recordar a la formación jeltzale que «son con los votos que nos dieron en las últimas elecciones» con los que su partido va a «buscar acuerdos». En este sentido, pidió para ellos «el máximo respeto». «Son votos socialistas, de compromiso con una sociedad mejor, más abierta y más justa», remarcó. La líder del PSE se refirió también, aunque sin citarla, a la polémica con Iridoy en Irún. Fue con un frase: «Nosotros nunca vamos a anteponer los intereses personales a los generales».
Solventada la crisis guipuzcoana, PNV y PSE afrontan desde hoy una semana clave. Y la idea es evitar nuevos sobresaltos. Ambos partidos se sienten satisfechos del acuerdo que suscribieron hace cuatro años -sus respectivos electorados así lo han avalado-. Su reedición se da prácticamente por hecha. Incluso en los mismos términos: apoyar en cada municipio a la lista más votada el 26-M y negociar los Presupuestos anuales en cada institución. De no ser así, estarían en juego seis ayuntamientos en Gipuzkoa (Andoain, Pasaia, Lezo, Soraluze, Mendaro y Orio) y un séptimo en Bizkaia (Alonsotegi). La hipotética falta de un consenso beneficiaría principalmente a EH Bildu, cuya candidatura resultó vencedora en la mayoría de dichos feudos.
Pese a que el ritmo de la negociación está siendo lento -solo ha habido una reunión oficial, el miércoles, entre Andoni Ortuzar e Idoia Mendia-, jeltzales y socialistas deben pisar el acelerador para pulir todos los detalles. En 2015 el pacto se produjo sobre la bocina. Los ayuntamientos se constituyeron el 13 de junio y el documento se firmó el día anterior. Pero ahora ese escenario no sería factible. Los estatutos del PSE obligan a consultar a las bases cualquier acuerdo de este tipo, y ese proceso requiere al menos de tres días. El reloj corre en contra, pero todo hace pensar que habrá fumata blanca antes del día 'D', el próximo sábado. El acuerdo interesa a las dos partes y daría pie a reeditar de cara a futuro, no muy lejano, otro acuerdo: el que permitiría a Iñigo Urkullu mantenerse en la Lehendakaritza tras las elecciones del año que viene.
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