«Ermua fue el comienzo de la esperanza de que se podía derrotar a ETA», afirma su alcalde Abascal

Durante todo el acto, la imagen de ambas víctimas ha permanecido junto a un pebetero encendido, frente al monolito en memoria de las víctimas de Ibarrola y, posteriormente, se ha realizado una ofrenda floral en este mismo lugar. El alcalde, ha recordado a todas las personas de Ermua que participaron en aquellas movilizaciones de julio de 1997, destacando «su valentía para ser protagonistas activos de la lucha por la libertad y la democracia, liderados por mi predecesor Carlos Totorika (que también ha estado presente en el acto) y la corporación de este ayuntamiento». La intención de este acto es, según Abascal, la de «seguir aportando desde la memoria la reparación de las víctimas». Reconoció que Ermua «fue un punto de inflexión en la lucha ante el terrorismo y el comienzo de la esperanza de que se podía derrotar a ETA». El primer edil ermuarra quiso también transmitir «este legado que dejó Ermua para que no se vuelva a repetir lo que ocurrió en aquellos días».

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Sotero Mazo Figueras fue tiroteado el 6 de noviembre de 1980 en la calle Virgen del Carmen de Eibar por integrantes de ETA-militar. Regentaba una peluquería de caballeros, tenía 35 años, estaba casado y tenía dos hijos.

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Miguel Ángel Blanco Garrido fue secuestrado el 10 de julio de 1997 y fue encontrado tiroteado en la cabeza, con las manos atadas, el día 12 de julio, en un descampado de Lasarte. Falleció el día 13. Tenía 29 años de edad, estaba soltero y era concejal del Partido Popular en Ermua.