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david guadilla
Sábado, 13 de agosto 2022, 01:22
La izquierda abertzale da por descontado que para final de año la práctica totalidad de los presos de ETA cumplen condena en España serán trasladados a cárceles de Euskadi y Navarra. En estos momentos el número de internos encarcelados en centros del resto del Estado ... apenas supera los cuarenta, a los que hay que sumar la quincena que están internados en Francia.
El traslado de presos de la banda, cuya cifra total ronda los 180, ha sido constante desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Sin embargo, desde abril se había producido un parón en los acercamientos, lo que había sido criticado por los colectivos de apoyo a los reclusos. Lo que movimientos como Sare o Etxerat llegaron a calificar como «bloqueo» terminó a finales de julio.
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Instituciones Penitenciarias decretó entonces el traslado de una docena de presos, entre ellos, Juan Carlos Iglesias Chouzas, 'Gadafi'. Sólo diez días después dio el visto bueno a la llegada de otros once internos a las cárceles de Basauri, Zaballa, Martutene y Pamplona. Un ritmo que la izquierda abertzale está convencida de que se va a mantener los próximos meses y que permitirá que para final de año, si no todos, la práctica totalidad de los internos esté en el País Vasco o Navarra. En una rueda de prensa celebrada ayer en San Sebastián, los portavoces de Sare Joseba Azkarraga y Bego Atxa confiaron gráficamente en que «en los próximos meses se llegue al kilómetro cero».
Lo que está ocurriendo en las últimas semanas es, en realidad, el inicio de un segundo capítulo en el proceso de acercamiento de presos de ETA realizado por el Gobierno y que, en la práctica, supone el fin de la estrategia de dispersión puesta en marcha por el Ejecutivo de Felipe González en los ochenta como vía para intentar frenar el control que ejercía la dirección de ETA sobre el 'frente de makos'. Diez años después del fin de la violencia, el Gobierno de Sánchez y el Ministerio del Interior, con Fernando Grande Marlaska a la cabeza, creen que ya no tiene sentido.
El primer paso fue trasladar a los miembros de la organización terrorista a centros ubicados en las proximidades del País Vasco y Navarra. A prisiones como las de Logroño, Zaragoza, Burgos, Palencia o Villabona, en Asturias. En esta fase se vaciaron las cárceles del Levante y de Andalucía. El proceso que se está viendo estas semanas es lo que algunos miembros de la izquierda abertzale denominan como el «salto final».
Una escalada de llegadas que se produce de forma paralela al respaldo de EH Bildu al Ejecutivo de Sánchez en el Congreso. La coalición soberanista se ha convertido en uno de los apoyos más sólidos para el Gobierno a la hora de aprobar leyes de todo tipo. El último acuerdo de calado, además, tuvo una importante carga simbólica al abordar la nueva Ley de Memoria Democrática.
Ambas partes mantienen que la cuestión de los presos está fuera del campo negociador. Los socialistas insisten en que entra dentro de la «normalidad» y Bildu se esfuerza en trasladar que su objetivo ahora es reforzar su perfil social y su discurso sobre cuestiones como el IMV, las pensiones... Pero siguen sobrevolando las palabras de Arnaldo Otegi ante sus bases en Eibar, cuando reconoció el pasado mes de octubre que «todo» lo que estaba haciendo Bildu era por el bien de los presos.
En estos momentos, de los más de 160 etarras que hay internados en España, casi el 80% cumplen condena en Euskadi y Navarra. De ellos, alrededor de una quincena lo hacen en sus domicilios. Del resto, sólo media docena siguen relativamente alejados. Los que están en Madrid y Salamanca, entre ellos, Xabier García Gaztelu, 'Txapote'.
A estos hay que sumar la veintena que están en Francia. Tras la entrega a España la semana pasada de Itziar Moreno, la mayoría de ellos están en el centro de Lannemezan, a escasos 300 kilómetros de la frontera.
En realidad, la izquierda abertzale cree que, encarrilada esa situación, el objetivo pasa ahora por agilizar los terceros grados y los beneficios penitenciarios. Y ahí tiene un papel fundamental el Gobierno vasco, en cuyas manos está la competencia de prisiones desde el pasado mes de octubre.
Los portavoces de Sare que comparecieron ayer en rueda de prensa pusieron el foco en la situación judicial que, en su opinión, viven los presos de ETA. Tanto en España como en Francia. En lo que se refiere a los internados en territorio galo, Joseba Azkarraga y Bego Atxa denunciaron que «en algunos casos» los etarras cumplen «cadenas perpetuas» y denunciaron que «la excepcionalidad continúa siendo la norma de actuación de la Administración penitenciaria».
Respecto a España, volvieron a subrayar que «la Fiscalía de la Audiencia Nacional; el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria y la Sala de lo Penal, con alguna matización, están ancladas en una posición de bloqueo de cualquier avance hacia la normalidad».
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