El Buzón de Joxeba se traslada al Memorial

El deseo de Maite Pagazaurtundúa de que la historia trágica de ETA sea conocida por los jóvenes que no padecieron sus embates está siendo cumplido por el colectivo Ego Non, cuyo objetivo es combatir los relatos falsos sobre el terrorismo. Algunos de sus miembros estuvieron presentes en Andoain, entre ellos Natalia Merino, quien en su alocución dejó claro que mantendrán el espíritu de Joxeba y el de «todos los que hoy nos faltáis por vuestra enorme valentía y legado. Todos sois -recalcó- el aliento de muchos jóvenes que queremos seguir defendiendo una sociedad libre, plural y sana».

Cinco años después de la disolución de ETA, «su proyecto totalitario sigue presente, con poder e influencia en las instituciones. Los demócratas ganamos, pero aún no hemos acabado», advirtió. Merino añadió que el poso de la ideología de ETA «empapa a una sociedad que sigue defendiendo el enaltecimiento del terror en el espacio privado y en el público. Actos, símbolos e imágenes que muchos han normalizado pero que no pasan siquiera el primer filtro del civismo».

Ese cierre de una etapa se plasmó en el descuelgue del Buzón de Joxeba que ha permanecido estas dos décadas en un árbol cercano a la escultura de Ibarrola. Fue colocado por los Pagazaurtundúa en el duodécimo aniversario de su muerte para que cualquier vecino que lo deseara asumiera su particular responsabilidad. El objetivo era remover la conciencia de los ciudadanos que miraron hacia otro lado ante su asesinato a manos de ETA. El buzón le fue entregado a Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, donde el miércoles se inaugurará la exposición 'Joxeba, un grito de libertad'.