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Iñigo fernández de lucio
Lunes, 29 de noviembre 2021, 23:47
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ensalzó ayer «la contribución de las víctimas del terrorismo al sostenimiento de la democracia» y reconoció la «deuda eterna» que el Estado tiene con ellas por perder la vida «en defensa de los derechos y libertades de vuestros ... conciudadanos». Lo dijo durante la entrega en Burgos de dos grandes cruces y veintidós encomiendas de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo.
Las grandes cruces fueron concedidas a título póstumo. Una fue entregada a los familiares de Javier Mijangos Martínez, uno de los dos ertzainas asesinados por ETA en Beasain el 23 de noviembre de 2001 mientras regulaba el tráfico, y cuya memoria rescató su hermano en estas mismas páginas cuando se cumplió el aniversario del atentado. El otro homenajeado fue Ángel Moral Moral, soldado de la Agrupación de Tropas Nómadas del Ejército, fallecido en 1975, tras un atentado terrorista en el antiguo Sáhara español.
El homenaje llega apenas unos días después de que el Ejecutivo central cerrara el apoyo de EH Bildu a los Presupuestos de 2022. Un pacto -hay que sumarle los apoyos que la coalición abertzale brinda en Navarra- que la oposición aprovechó para cargar contra el Gobierno, al que acusa de utilizar a las víctimas en el proceso de «blanqueamiento» de Bildu.
Unas críticas que se suman a las vertidas tras las palabras de Otegi, desveladas por EL CORREO, en las que afirmaba que apoyarían las Cuentas para sacar a los 200 presos de ETA a la calle. Ayer, Marlaska negó la mayor. Rechazó en todo momento cualquier «instrumentalización» de las víctimas por parte del Gobierno y, en ese sentido, explicó que el acto de Burgos estaba previsto desde hace meses pero que tuvo que retrasarse por la pandemia.
Por otro lado, puso en valor la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo, que cumple ahora diez años. Una legislación surgida en el marco del desmantelamiento de ETA y que reafirma «el compromiso ético y los valores democráticos de las víctimas».
Marlaska, asimismo, enfatizó que la banda «fue derrotada por el Estado de Derecho» y subrayó que las víctimas del terrorismo «tuvieron mucho que ver» en ello. A ellas se dirigió al decir que «el relato debe ser el vuestro, el de vuestro sufrimiento y también el de vuestro triunfo final. Esa es la única narración que fortalece el discurso democrático».
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