o. barriuso
Miércoles, 31 de agosto 2022, 00:56
Siempre cuidadoso con la alianza PNV-PSE que sostiene su Gobierno y en puertas ya de unas municipales y forales en las que ambos aspiran a reeditar sus acuerdos, Urkullu evitó cargar demasiado las tintas contra Pedro Sánchez, al que el PNV aprieta pero no ... tiene ninguna intención de 'ahogar' de aquí al final de la legislatura en Madrid. Pero, «como lehendakari», quiso «denunciar» la falta de avances en autogobierno y las largas cambiadas con las que Moncloa viene respondiendo a los requerimientos del Gobierno vasco para agilizar el calendario de traspasos estatutarios, que acumula importantes retrasos desde que fue remitido a Vitoria en octubre de 2020. Peticiones que el propio Urkullu ya le hizo llegar a Sánchez el pasado mes de marzo en una reunión privada.
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De hecho, el lehendakari incluyó la consecución de «más y mejor autogobierno» entre las prioridades del nuevo curso -junto a la energía y los Presupuestos- y consideró que el cumplimiento íntegro del Estatuto es igualmente prioritario para la «sociedad vasca».
Urkullu no ocultó su «preocupación» por el punto de congelación en que permanecen las negociaciones para desbloquear nuevos traspasos. Pero prefirió no entrar a valorar hasta qué punto Sánchez mira hacia otro lado porque sabe que tiene la sartén por el mango con un PNV que, por sus propios intereses, en ningún caso le va a dejar caer.
En presencia de todos sus consejeros, incluidos los del PSE, el lehendakari reprochó a Sánchez que, en el debate del estado de la nación previo al parón estival, pusiera «en duda» la «adecuación constitucional» del Estatuto al escudarse en la necesidad de analizar la «viabilidad» de los traspasos pendientes de acuerdo al marco jurídico vigente.
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«Me llamó la atención y es lo que denuncio como lehendakari», subrayó, tras recordar que, de los seis traspasos que integran el bloque en negociación, solo se ha abierto una «interlocución bidireccional» sobre los ferrocarriles de cercanías. En las otras cinco materias sobre las que el Ejecutivo de Vitoria ha remitido «propuestas de acuerdo» -meteorología, fondo de protección a la cinematografía, gestión del litoral, migración y salvamento marítimo- no ha habido respuesta de Moncloa, lamentó.
También incidió en los litigios abiertos en los tribunales contra leyes vascas, por ejemplo, la norma antipandemia o el traspaso del IMV, y en las laminaciones del autogobierno a través de la legislación estatal en asuntos tan diversos como la agencia de salud, las pruebas de la antigua selectividad, la formación profesional o el desarrollo reglamentario de los servicios de extinción de incendios.
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«Sigo pensando que si hay voluntad el acuerdo es posible esta legislatura», insistió Urkullu, que defendió que la toma de decisiones sea «más compartida» y que se implante una verdadera «gobernanza multinivel. «Corresponde al Gobierno español cumplir su palabra», recalcó.
Fue una reapertura de curso marcada por las habituales tradiciones que rigen la cita, pero en la que también se vieron algunas novedades simbólicas. Una fue ver por primera vez ante los medios a Iñigo Urkullu con barba, un 'look' que ya lució la semana pasada cuando se reunió con diferentes instituciones para analizar la situación de los refugiados ucranianos que residen en Euskadi.
La otra, que los dos consejeros socialistas -Iñaki Arriola y Javier Hurtado, la tercera es Idoia Mendia- fueron sin corbata. Un gesto simbólico que sigue la directriz marcada por Pedro Sánchez.
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