El lehendakari y Ortuzar piden «perdón»

En un tono solemne y serio, muy serio, el lehendakari consideró que el contenido de la sentencia «es suficiente como para pedir disculpas a la sociedad», y reprobó la actitud «éticamente desviada» de los condenados tras asegurar que es «contraria al ideario» de su Gobierno. En ese sentido, garantizó que los servicios jurídicos de Lakua trabajarán a partir de ahora para que los implicados restituyan a las arcas públicas los 146.000 euros que, según el fallo, defraudaron al Ejecutivo autonómico.

Las palabras de Urkullu tenían especial relevancia. No solo por lo inédito de ver a un lehendakari reclamar indulgencia, sino porque era el presidente del PNV cuando estalló el 'caso De Miguel' hace una década. Urkullu reconoció que los condenados «se valieron de su posición» para orquestar una trama corrupta, pero matizó hasta en tres ocasiones que la sentencia «deja claro» que lo hicieron al margen del partido y su «trayectoria intachable». En ese sentido, recordó que en cuanto se conocieron las acusaciones relevó «inmediatamente» de sus cargos orgánicos a los implicados. «Y se les solicitó el carné»... aunque algunos tardaron seis meses en entregarlo.

«Es un día triste». Así lo confesó Andoni Ortuzar ante los medios de comunicación en Sabin Etxea. «No es para estar contento tener dentro de nuestra organización actitudes como las reflejadas en la sentencia». Aunque asumió la responsabilidad de disculparse públicamente como máximo responsable del partido, Ortuzar trató en todo momento de dejar claro que el fallo del 'caso De Miguel' -él optó por denominarlo como el 'caso Miñano'- «no es contra el PNV». «El partido no está en la sentencia. Han sido comportamientos y actitudes individuales de varios miembros del partido», quiso aclarar para marcar distancias. De ahí que quejara de que su formación se vea «sacudida injustamente por la crítica fácil de quienes dicen que todos (los políticos) son iguales».

El líder jeltzale mantuvo el discurso oficial que viene esgrimiendo el PNV durante los últimos meses. Aunque intentó matizarlo posteriormente, aseguró que el PNV no es como el PP ('caso Gürtel') o el PSOE ('caso de los ERE'). Esas corruptelas tenían como objetivo «financiar ilegalmente a los partidos o generar una red clientelar que propiciara más votos». Pero en el 'caso De Miguel', la única «responsabilidad» de Sabin Etxea es tomar las medidas necesarias para que esas actitudes puntuales de personas concretas no vuelvan a suceder.

«Tenemos que mejorar los controles y procedimientos para que estas conductas, que son humanas, no puedan repetirse. O tengan muchísimas dificultades para repetirse», reconoció. «Nuestro rechazo a los hechos juzgados y condenados no tiene matiz ni duda», puntualizó Ortuzar, que declinó referirse a la defensa de los acusados que a lo largo de la instrucción ha realizado el portavoz parlamentario de su partido, Joseba Egibar. «Nosotros sólo nos hemos quejado de la lentitud y de que la instrucción se ha telegrafiado y filtrado. Nadie les ha defendido, sólo su presunción de inocencia».