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Existe un vaticinio en las filas del PP que sitúa al Gobierno abocado a elecciones en 2021. Tampoco es una novedad que los populares contemplen una legislatura breve. El mismo día en el que Pedro Sánchez obtuvo el respaldo del Congreso para su investidura, cargos ... conservadores ya hablaban de una estancia de «dos años» en La Moncloa con dificultades parlamentarias para sostener el proyecto del Ejecutivo de coalición. «Acabar -auguró Pablo Casado aquel 7 de enero-, no acabará bien». La emergencia sanitaria, sin embargo, se ha revelado, a juicio de los dirigentes consultados, como un potente elemento de erosión que anticipa una crisis económica más complicada todavía de manejar.
Sólo en clave de debilidad parlamentaria entienden los populares el movimiento del PSOE esta semana para ganarse la abstención de EH Bildu en el pleno de prórroga del estado de alarma. Tal y como lo analizan, la búsqueda de una cierta holgura en la votación, aun a riesgo de cerrar un acuerdo con la izquierda abertzale contraproducente en varios frentes, pone de manifiesto el temor a un revés en el Congreso. Y eso, dicen, es un «síntoma» de la falta de fortaleza del Gobierno, que se sostiene sobre una red heterogénea de partidos con intereses a veces difícilmente conciliables. Una situación que, añaden, «no cambiará» en los próximos meses.
La prueba fundamental, según los populares, llegará, en otoño, con la tramitación de los Presupuestos del próximo año. El distanciamiento entre el Gobierno y el PP ha quedado constatado y nada lleva a pensar que pueda ser reversible. Los populares, que ya se negaron a entrar en una fórmula que facilitara la investidura de Sánchez, han terminado también por retirar su apoyo al estado de alarma tras apoyar tres de las cinco prórrogas. Y las Cuentas públicas no entran en los planes de Génova.
En este escenario, en el partido conservador dudan de que el Gobierno pueda actualizar los Presupuestos, que son el pilar de un proyecto político, y los que rigen son los que elaboró Cristóbal Montoro en 2018, tan sólo una semana antes de la moción de censura del PSOE. Prevén, además, que la crisis económica y las condiciones que, entienden, establecerá la UE, tensionarán la coalición con Unidas Podemos hasta el punto de herirla definitivamente. Los populares no ven «compatible» la continuidad de la formación de Pablo Iglesias en el Consejo de Ministros con los «ajustes fiscales». Quienes ven esa ruptura en el horizonte auguran el adelanto electoral para el próximo año. «A 2022 no llegan», coinciden otras voces. Se apela en todo caso a la cautela y a no subestimar la «capacidad de resistencia» de Pedro Sánchez.
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