Larrion en la ofrenda a Fernando Buesa y Jorge Díez Elorza el 22 de febrero tras pasar por comisaría. eh bildu

Larrion tenía sus facultades «mermadas, pero sabía qué hacía» al suplantar a su compañera

La exlíder de EH Bildu en Vitoria sigue de baja un año después de su cese y sólo se deja ver por el Anillo Verde. Los forenses rebaten su versión de una enajenación

Domingo, 20 de febrero 2022, 00:51

Sigue de baja. Desaparecida por completo de la esfera pública, pasea habitualmente por el Anillo Verde de Vitoria. También se ha hecho fija de un conocido gimnasio, al tiempo que una psiquiatra de Osakidetza la somete a «controles periódicos». A dos días de cumplirse un ... año del escándalo que le costó su prometedora carrera política, Miren Larrion, exportavoz municipal de EH Bildu en la capital alavesa, continúa a la espera de que la Justicia determine si cometió hasta cuatro delitos o si fue víctima de alguna enajenación mental, como ella sostuvo en sede judicial.

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El Juzgado de Instrucción número 3 de Vitoria la investiga por «falsedad documental, usurpación de identidad, hurto y estafa en grado de tentativa». El 22 de febrero del año pasado, ertzainas del Grupo 6 la sorprendieron a la salida de una entidad bancaria donde semanas atrás abrió una cuenta con la documentación de una compañera de partido. Se supone que le sustrajo la cartera en la sede vitoriana de la coalición soberanista. También contrató un apartado de correos y una línea telefónica con esos datos personales. Incluso cambió su aspecto habitual en esas visitas al banco, para asemejarse a la víctima o para evitar que la reconocieran.

Un año del escándalo

  • 22 de febrero de 2021. Ertzainas la sorprenden a la salida de una entidad bancaria donde se hizo pasar por una compañera de partido. Ya había acudido en otras ocasiones. Abrió una cuenta como si fuera su víctima. Tras su denuncia, el Grupo 6 pidió al banco que convocara a la suplantadora para descubrir de quién se trataba.

  • Dos meses de engaños Los investigadores fijan el día 22 de diciembre de 2020 como el inicio del caso, cuando se supone que Larrion sustrajo la cartera a la víctima en la sede vitoriana de EH Bildu. Luego contrataría una línea telefónica, un apartado de correos y una cuenta haciéndose pasar por su compañera. Ingresó 300 euros.

  • 4 supuestos delitos pudo cometer Miren Larrion. Se la investiga por «falsedad documental, usurpación de identidad, hurto y estafa en grado de tentativa».

  • Revisión de su baja A partir de su destitución, Larrion inició un tratamiento psiquiátrico en Osakidetza, que aún mantiene. Tiene concedida una incapacidad laboral transitoria, que será revisada en unas semanas.

¿Cómo está su asunto casi 365 días después de su cese? Según ha sabido este periódico, a finales de verano Larrion acudió por mandato judicial al Instituto Vasco de Medicina Legal, donde los peritos forenses debían determinar si sufría «una enfermedad o trastorno mental que limite o anule su capacidad para conocer la realidad». Un desorden grave suele acarrear rebajas en las condenas penales y, sólo en los casos más extremos, hasta la absolución.

Como marca el protocolo, los expertos médicos la entrevistaron en profundidad. Con sus respuestas elaboraron un informe que ya ha sido remitido a la jueza María Elena Rodríguez Molpeceres. Es la segunda magistrada al frente de la investigación tras ingresar en Instrucción 3 a finales de la pasada primavera. El informe forense -básico en cualquier proceso penal- contradice la versión ofrecida por Larrion.

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El informe forense, vital en las decisiones judiciales, sí aprecia «estrés agudo» y «angustia» en la expolítica

Ella se escudó en una «angustia», en «problemas psiquiátricos» y en que las razones para su comportamiento escapaban a su «control». El dictamen médico sí aprecia «estrés agudo» y «ansiedad generalizada» por «diversa problemática laboral, personal y vital». Sin embargo, los expertos del Palacio de Justicia sostienen que la exedil siempre mantuvo «un sentido de realidad» entre el 22 de diciembre de 2020, cuando supuestamente inició sus comportamientos delictivos con el hurto de la cartera, y el 22 de febrero. Es decir, que tenía sus facultades mentales «mermadas pero no anuladas, hay mantenimiento de un sentido de realidad», advierten los medios consultados. «Sabía qué hacía, si estaba mal o no».

Larrion ha ofrecido varias versiones desde que destaparon su extraño proceder. Aquella mañana del 22 de febrero negó la mayor a los agentes de paisano que la abordaron. Se identificó como su compañera suplantada «hasta en cuatro ocasiones». Una de ellas, cuando los ertzainas hallaron entre sus pertenencias una tarjeta de la Korrika a su verdadero nombre. En comisaría justificó sus acciones -llegó a ingresar 300 euros- para «un gran viaje a la India con compañeros». También lo tachó de «tontería» y aseguró que su compañera «lo entendería todo». La suplantada rehusó adoptar medidas legales.

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Sigue un tratamiento psiquiátrico con controles periódicos en el hospital Santiago

De esperanza a olvidada

Desde que EH Bildu prescindió de ella «por vulnerar el código ético» se ha convertido en poco más que un mal recuerdo, pese a representar su gran baza para asaltar el Consistorio vitoriano. Incluso hubo quienes la vieron en cargos orgánicos de primer nivel en EH Bildu. Antiguos colaboradores y compañeros consultados niegan cualquier contacto actual. El coordinador de la formación en Álava, Ibon San Saturnino, aseguraba en otoño en una entrevista a EL CORREO que no había vuelto a hablar con ella, aunque sí coincidieron por la calle «a los pocos días de todo aquello».

Larrion, que no ha respondido a las llamadas y mensajes de este periódico, enseguida solicitó la incapacidad laboral transitoria. Esta condición dura hasta un año, con opción de una prórroga de seis meses. Le tocará revisión en unas semanas.

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Según su perfil de Linkedin, «desde 1998» posee plaza como docente en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Bilbao, a la que no habría solicitado reincorporarse por el momento. Mientras se resuelve su encrucijada legal, continúa con los controles psiquiátricos periódicos en el hospital Santiago, ha abandonado sus redes sociales y da discretos paseos por la naturaleza.

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