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Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, en unas jornadas. EFE
Prudente silencio
Opinión

Prudente silencio

En el complejo conflicto interinstitucional de Fiscalía y TS conviene que a la ignorancia la acompañe, en vez del atrevimiento, un expectante silencio

Domingo, 20 de octubre 2024, 00:06

La política del país nos está saliendo, en los últimos tiempos, a sobresalto por semana. Unas veces con carácter de escándalo, otras como simple sorpresa. Esta vez le ha tocado al fiscal general del Estado, con su encausamiento ante el Tribunal Supremo por presunta revelación ... de secretos, y el asunto tiene un cariz, si no escandaloso, turbador. Un choque entre tan altas instituciones desborda lo que nos parece normal en democracia e invita a que la ciudadanía se alinee en bandos enfrentados, como si, ante tal colisión, no pudiera permanecer distante o expectante. Se la exige, más bien, optar entre el sí y el no, el blanco y el negro, el conmigo o contra mí y, en definitiva, el bien y el mal, según cada cual lo vea. No hay ya lugar para el quizá o el quién sabe. Sólo cabe el alineamiento rotundo. Surgen así, por tanto, el sectarismo y las banderías. Y lo que empezó limitado a la política se traslada a la sociedad, ejerciendo en ello los medios de fervorosos portadores. Valga un ejemplo ajeno al caso.

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