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Dos talantes, dos estilos, dos finales

Dos talantes, dos estilos, dos finales

Análisis ·

El respetable empeño de Urkullu por reconducir la cuestión territorial choca con una historia que, aunque contingente y azarosa, lo hace casi inviable

Domingo, 10 de septiembre 2023, 00:03

Mientras política, medios y hasta la Academia andan revueltos y agitados, entre el enfado de unos y el alborozo de otros, por las arrogantes y desmedidas exigencias del expresidente Puigdemont, la sensata y respetuosa propuesta que el lehendakari Urkullu ha hecho pública sigue calladamente presente, ... mantenida con un hilo de vida por el tesón de su propio autor. Ni la distante frialdad con que la ha acogido su partido hace pensar que vaya a jugar, como parece pretender, un papel en los movimientos que están produciéndose en torno a la investidura. Han bastado un 'obiter dictum' del autor y el prurito nominalista de algún que otro lector para descalificarla y ridiculizarla. De un lado, la mera mención de la plurinacionalidad en que vivió el país hasta el siglo XVIII ha provocado la risa de unos supuestos sabios que un día aplaudieron embelesados las ocurrencias austracistas del nunca bastante llorado Ernest Lluch. Y del nombre «convención», que, precedido, como va, de un humilde «sugiero», podría verse sustituido por un sinónimo que se juzgara menos ofensivo, han hecho escarnio quienes no dudan en alabar la audacia de una mesa interpuesta entre los gobiernos español y catalán para negociar asuntos de evidente trascendencia constitucional. Con o si la confianza de que el PNV no vacilará en su apoyo al conglomerado de progreso que bracea por repetirse, corregido y aumentado, permitiera tan desdeñosa actitud hacia uno de sus más respetables miembros.

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