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David Guadilla
Sábado, 11 de febrero 2023, 01:33
El núcleo duro de Sortu, la formación de la izquierda abertzale liderada por Arkaitz Rodríguez que en la práctica lleva el timón y marca la estrategia de EH Bildu, ha zanjado el debate interno que se estaba generando dentro del partido sobre la política de ... pactos que la coalición soberanista está desarrollando en los últimos años. A escasos cuatro meses para las elecciones municipales y forales, la asamblea nacional de Sortu ha apostado por ganar «capacidad de influencia», «construir mayorías» y «gobernar el mayor número posible de instituciones».
El debate sobre hasta dónde pueden llegar los pactos de Bildu con Pedro Sánchez y el PNV lleva tensando las costuras internas los últimos dos años y se visualizó de forma clara en el último congreso de Sortu, donde llegó una ponencia alternativa que logró el apoyo del 30% de la militancia. La mayor crítica que este sector de las bases hace a la actual hoja de ruta es que en la búsqueda de ese perfil institucional se ha abandonado la reivindicación popular.
Las reticencias a esa estrategia están en gran medida controladas, pero la apuesta por el pacto educativo y la decisión de avalar algunos parques eólicos está abriendo grietas significativas. El temor que expresa la izquierda abertzale es que estas polémicas desmovilicen a parte de su electorado en unas elecciones que para EH Bildu son fundamentales porque, en realidad, supondrán el primer test de cómo ha sentado a su militancia el giro estratégico. Unos comicios a los que seguirán los generales de fin de año y los autonómicos de 2024. Un «largo ciclo electoral» que puede definir el futuro de la coalición soberanista y el de la izquierda abertzale.
La asamblea, a la que asistieron alrededor de un centenar de «responsables políticos» de los pueblos y los principales dirigentes de la formación –entre ellos David Pla, uno de los últimos jefes de ETA y actual responsable de Estrategia de Sortu–, buscaba sobre todo cerrar filas y reforzar el mensaje de que EH Bildu es la herramienta adecuada para «dar un salto en el proceso de liberación».
Y para llegar a ese objetivo, la izquierda abertzale está convencida de que es «imprescindible construir mayorías y gobernar el mayor número de instituciones posibles». «El reto del movimiento de liberación nacional vasco es reunir fuerzas para la independencia y no cabe duda de que la acumulación de fuerzas en las instituciones por parte de EH Bildu puede generar las condiciones» adecuadas para lograr ese proceso soberanista.
A este mensaje se sumó otro de gran importancia. «Sortu pondrá todas sus fuerzas para que la capacidad de influencia del independentismo de izquierdas sea la mayor posible». Y tanto EH Bildu como Sortu defienden que esa «influencia» se obtiene, en gran medida, siendo una pieza fundamental para que Pedro Sánchez siga en La Moncloa o para que María Chivite gobierne en Navarra.
En la cúpula de ambas formaciones se tiene el convencimiento de que la continuidad del Gobierno PSOE-Unidas Podemos abre un escenario que no se había visto nunca, donde el independentismo puede alcanzar objetivos que hasta ahora parecían inalcanzables. El primero ya está logrado, que los presos de ETA estén en Euskadi y Navarra. Los otros dos son más complicados. Esperar el momento oportuno para la celebración de una consulta soberanista y sentar las bases para formar un tripartito en Euskadi para desbancar al PNV.
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