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david guadilla
Martes, 13 de agosto 2019, 00:39
La izquierda abertzale quiere capitalizar las protestas convocadas contra la cumbre del G-7 que se celebrará a finales de la semana que viene en Biarritz. La cita reunirá en la localidad vascofrancesa entre el 24 y el 26 de agosto a los principales líderes ... mundiales, entre ellos Donald Trump, Angela Merkel, Emmanuel Macron y el recién elegido primer ministro británico Boris Johnson. El objetivo de Sortu y de todos sus grupos afines es lograr una movilización sin precedentes en los últimos años y aprovechar la repercusión internacional de la reunión para reforzar su discurso y 'vender' en el exterior la causa independentista.
Las cumbres del G-7 son un habitual foco de tensión. El encuentro de los dirigentes de las principales potencias suele ser uno de los escenarios preferidos por los grupos antisistema y alternativos para mostrar su oposición al modelo capitalista. La mayoría de las protestas se desarrollan con un carácter pacífico y reivindicativo, pero también es habitual que grupos radicales generen altercados y busquen el enfrentamiento con la Policía.
De hecho, se prevé una considerable presencia policial a ambos lados de la frontera. La Ertzaintza ya ha anunciado que tiene previsto realizar un importante despliegue en la 'muga'. El operativo diseñado por las autoridades galas será más visible todavía. El objetivo es blindar Biarritz para evitar que los colectivos extremistas conviertan la localidad en una 'zona de guerra' durante una cita mediatizada por la presencia de Trump.
El rechazo a la cumbre se aglutina alrededor de dos plataformas: G7 Ez y Alternatives G7. Tienen carácter plural, y en ellas están incluidos partidos y sindicatos como Podemos, Ezker Anitza y Steilas. Pero también los principales colectivos de la izquierda abertzale: Sortu, LAB y Ernai. De hecho, uno de sus portavoces es Egoitz Urrutikoetxea, hijo de 'Josu Ternera'. El 'centro neurálgico' de esta 'contracumbre' será el recinto ferial de Ficoba, en Irún, donde se desarrollarán tres días de conferencias para denunciar lo que denominan como una «operación comunicativa de la oligarquía mundial». El día 25 está prevista una jornada de «desobediencia masiva».
Entre los participantes estarán Arnaldo Otegi, la exportavoz de ERC Marta Rovira -que intervendrá por videoconferencia desde Bélgica tras fugarse de la Justicia española-, independentistas corsos, Jean Noël Etcheverry -quien fuera portavoz de los autodenominados 'artesanos de la paz' que colaboraron en el desarme de ETA- y David Fernández, exdirigente de la CUP, hoy alejado de la primera línea política y que durante años fue uno de los principales contactos de la izquierda abertzale con el soberanismo catalán.
La izquierda abertzale lleva meses preparando una cita de la que pretende sacar réditos políticos. Desde hace ya tiempo, tanto Sortu como el conjunto de EH Bildu han optado por reforzar su discurso como movimiento de izquierdas.
A finales de julio el propio Arkaitz Rodríguez asistió en Caracas a un encuentro con Nicolás Maduro y una delegación de la formación abertzale se ha trasladado durante los últimos días a Uruguay para participar en unos actos para conmemorar la puesta en marcha del Frente Amplio, la alianza de izquierdas que aupó a la presidencia del país a José Múgica y que para EH Bildu se ha convertido en un referente tanto estratégico como político. Dentro de este contexto, la cumbre del G-7 se considera una oportunidad para reforzar esa imagen y convertirla en un altavoz del movimiento independentista.
El gran reto al que se enfrenta la izquierda abertzale es, precisamente, que ese protagonismo no tenga un efecto bumerán. Los dirigentes abertzales son conscientes de que hay muchas opciones de que las protestas acaben radicalizándose. Al igual que Sortu, también otros sectores más extremistas ven en el G-7 una oportunidad para visibilizarse.
El mejor ejemplo es lo que sucedió en marzo de 2014 en Bilbao durante la celebración de un acto vinculado con el Fondo Monetario Internacional. Grupos radicales convirtieron la Gran Vía en un campo de batalla. Las dos plataformas insistieron ayer en desarrollar iniciativas «pacíficas».
Los colectivos Entre los portavoces de las plataformas contrarias a la cita estáel hijo de 'Josu Ternera'
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