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Acto convocado por los miembros de GKS el pasado junio en San Sebastián.

La izquierda abertzale asume que GKS pedirá la abstención el 28-M para buscar su desgaste

El Movimiento Socialista considera que cualquier retroceso que EH Bildu sufra en las urnas supondrá una victoria

David Guadilla

Martes, 11 de abril 2023, 00:47

La izquierda abertzale asume que el Movimiento Socialista, cuya marca más reconocida es GKS, hará un llamamiento para que sus militantes se abstengan en las elecciones del próximo 28 de mayo y así poder desgastar a EH Bildu. La tensión entre los dos colectivos sigue ... siendo máxima, con enfrentamientos abiertos en diferentes municipios. La formación liderada por Arnaldo Otegi, en todo caso, sostiene que el impacto en las urnas será mínimo y que la coalición mejorará incluso los resultados obtenidos en 2019.

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El choque de trenes que se vive entre la izquierda abertzale oficial y GKS sigue sumando etapas. En los últimos días se han repetido los roces y las demostraciones de fuerza. En Ondarroa, medio centenar de personas –la mayoría jóvenes– se concentró para protestar por un conflicto surgido en el gaztetxe de la localidad costera y cargar con dureza contra GKS. La imagen, posicionados en un anfiteatro, recordaba a la que se vivió el año pasado en San Sebastián, cuando decenas de miembros del Movimiento Socialista lanzaron un órdago tras una semana de insultos y reproches.

Desde entonces se vive una tensión contenida que no estalla, pero que tampoco se rebaja. En apenas dos semanas, los dos grupos han querido escenificar su implantación. El 30 de marzo, un número significativo de estudiantes secundó la huelga impulsada por Ikasle Abertzaleak y GKS con un discurso centrado en la lucha contra el capitalismo y la defensa de un modelo comunista puro. Mientras tanto, este pasado fin de semana, alrededor de 5.000 jóvenes acudieron a Elorrio al Gazte Topagunea de Ernai, las juventudes de Sortu, unas jornadas en las que también se cargó contra el modelo económico actual al mismo tiempo que se hacía una apuesta cerrada por la independencia. Una clara batalla por la hegemonía de los movimientos juveniles que se inflama a mes y medio de las elecciones.

El caso de Ondarroa es paradigmático. Se trata de un municipio simbólico para la izquierda abertzale, que presenta de candidata a alcaldesa a Urtza Alkorta. En 2014 fue el centro de una enorme tormenta política cuando un centenar de personas formaron un «muro popular» para tratar de evitar su detención por la Ertzaintza, tras confirmar el Tribunal Supremo una condena de cinco años por ayudar a un comando de ETA a transportar explosivos. El municipio, además, está gobernado por EH Bildu, pero con una mayoría ajustada. Siete concejales frente a los 6 del PNV. Ningún otro grupo tiene representación.

La coalición soberanista ha interiorizado que lo que busca GKS es, sobre todo, debilitar su poder y que eso se transformará en un llamamiento activo a la abstención. Cualquier retroceso por parte de EH Bildu sería entendido como una victoria. Y en localidades como Ondarroa, con electorados ajustados, es donde esos movimientos pueden resultar más visibles. Una apuesta por no acudir a las urnas a la que se sumarían otros grupos disidentes, muy minoritarios y aglutinados en la coordinadora Jardun y el entorno del ahora disminuido Movimiento pro Amnistía.

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Partido Comunista 'auténtico'

Aun así, en la izquierda abertzales relativizan el impacto de estas campañas y consideran que aunque GKS finalmente abogue por la abstención no afectará a sus resultados electorales. En EH Bildu admiten que los grupos comunistas están demostrando capacidad de movilización y de «generar ruido». Pero que, en realidad, «son siempre los mismos». Un colectivo que cifran en alrededor de 5.000 personas, sin capacidad para «ir más allá de lo que están haciendo». Según el análisis que hace la izquierda abertzale, a eso hay que añadir que la mayoría de los militantes del Movimiento Socialista tampoco les habían apoyado en citas anteriores y que el margen para crecer de EH Bildu no viene por el flanco 'antisistema', sino por un electorado que estaría valorando positivamente su giro pragmático.

La gran incógnita es si GKS se presentará a las elecciones en algún momento. Desde su creación lleva teorizando sobre la importancia de poner en marcha una especie de Partido Comunista 'auténtico', pero más como herramienta que sirva para fijar doctrina que como marca electoral.

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