Con pocas concesiones a la lírica, los dos líderes políticos llamados a pilotar un nuevo tiempo en la Comunidad Autónoma Vasca han mostrado un perfil tecnocrático: ambos se han esforzado en explicar (muy) ordenadamente las propuestas y medidas con las que, según ellos, se debe ... encarar el futuro inmediato. Los temas colocados en la agenda han sido coincidentes, lo que sugiere la posibilidad de consensos, aunque los diagnósticos han sido, en muchos casos, opuestos, y los marcos ideológicos con los que se han planteado las soluciones, diferentes.
Publicidad
Pradales ha despejado las dudas sobre su perfil discursivo postelectoral y su estreno institucional. Ha emulado a Urkullu con su Euskadi Humanista y con su sensibilidad social, asumiendo, a la vez, un campo semántico de cambio y transformación. Los equilibrios mandan, y las críticas implícitas a los sindicatos, sus referencias al modelo policial, sus elogios a la gestión de Osakidetza y la desconfianza mostrada en su réplica a Otxandiano han dejado claro que el nuevo lehendakari quiere trasladar una imagen de continuidad respecto a la gestión anterior.
Otxandiano ha reivindicado un parlamentarismo que esté en el centro de las deliberaciones políticas. Aunque el Ejecutivo cuente con la mayoría absoluta, con juegos cruzados en diferentes agendas y un partido fuerte en la oposición, el Legislativo puede tener un papel relevante en toda la legislatura. PP y EH Bildu, sin descartar a Sumar, competirán por influir en las decisiones gubernamentales y el ejecutivo tendrá la oportunidad de surfear aritméticas cualitativas en varios temas.
Una de esas cuestiones puede ser el de la renovación del Estatuto de Gernika, con diferencias pactadas entre los socios de gobierno y un camino común ya recorrido por EH Bildu y PNV. Introducir a Sánchez y el PSE en la operación tiene una posible doble interpretación de veto y de oportunidad. Un éxito, aunque fuera parcial, en este carril, ya justificaría por sí solo el cambio de ciclo.
Publicidad
El tercer hombre fuerte de la política vasca, Eneko Andueza, ha vuelto a transmitir un vigor oratorio marca de la casa. Su relevancia posicional en el tablero vasco legitima este entusiasmo, aunque ha quedado claro que, de momento, no explorará todo el potencial que su pactabilidad le otorga. Muy pronto conoceremos si esto se debe a la generosidad material del lehendakari en el reparto de consejerías o a un convencimiento más profundo. Alternativas tiene.
No parece que sean buenos tiempos para la lírica política. Muchos daríamos temporalmente por buena esta dinámica si a cambio se llevasen a cabo las reformas demandadas por la sociedad vasca. Es un nuevo tiempo, sin duda. Ahora, falta por ver si, ademas de nuevo, también es bueno. Seamos política y poéticamente optimistas.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.