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La decisión del Supremo generó una cascada de reacciones y obligó al PSOE a intentar establecer un muro de contención para separar el nuevo juicio a Arnaldo Otegi del reciente apoyo de la coalición soberanista a los Presupuestos de Pedro Sánchez.
La reacción ... de la dirección del PSOE a la noticia de que tendrá que volver a sentarse en el banquillo por el 'caso Bateragune' fue tajante. «El hecho de haber participado en el debate de los Presupuestos no implica en absoluto que no tengan que responder de lo que tengan que responder ante la Justicia». El secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, aprovechó la ocasión para marcar distancias y negar las acusaciones de «blanqueo» a la coalición soberanista vertidas contra su partido desde la oposición.
Los socialistas defendieron que el hecho de que Otegi vaya a ser juzgado por este asunto no convierte a EH Bildu en un partido con el que no se pueda hablar. Ábalos aseguró incluso que, del mismo modo que el PSOE exige diferenciar entre las conductas del antiguo rey y la institución monárquica, también hay que saber distinguir entre «una cuestión que afecta en lo personal» al coordinador de EH Bildu, que «debe responder», y su actual partido. «Esta es la mayor muestra de que (la posición del PSOE) no implica ningún blanqueo», insistió.
Una de las reacciones más duras fue la del PNV. La formación jeltzale dijo acoger «con desagradable sorpresa y profunda contrariedad» la decisión por poner «en flagrante cuestionamiento el principio de seguridad jurídica que consagra la Constitución española». En su opinión, la decisión del Supremo «no hace sino poner de nuevo el foco sobre la larga lista de casos en que las más altas instancias europeas vienen fallando contra el Reino de España por la vulneración del derecho de las y los acusados a un juicio justo y por su falta de imparcialidad». «Hoy urge más que nunca que la Administración de Justicia española acometa una profunda renovación», consideró el PNV.
Podemos se apresuró a presentar el asunto como un ataque de las «cloacas» contra la alianza de fuerzas de izquierda que Pablo Iglesias se jacta de haber logrado incorporar a la «dirección de Estado». El presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, escribió: «A Marchena no le gusta que EH Bildu apoye unos presupuestos del Estado. Este es su aviso. #ruidodetogas».
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