Agentes antidisturbios cachean a jóvenes en el campus de Vitoria el pasado jueves. efe

Los graves altercados de Vitoria reavivan el pulso entre jóvenes de la izquierda abertzale

Los disidentes, agrupados en torno a Gazte Koordinadora Sozialista, están ganando terreno a la 'oficialista' Ernai, sobre todo en la educación

david guadilla y adolfo lorente

Sábado, 26 de marzo 2022, 00:49

Los graves altercados provocados por radicales en el campus de Vitoria el pasado jueves y que dejaron 34 detenidos (fueron puestos en libertad con cargos el mismo día) ha vuelto a poner en evidencia que el flanco más débil de Sortu es el de sus ... juventudes, sobre todo en el ámbito estudiantil. Las movilizaciones fueron convocadas por Ikasle Abertzaleak (IA), colectivo agrupado en torno a Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), que se ha convertido en el gran quebradero de cabeza para las direcciones de EH Bildu, de Sortu y de sus juventudes 'oficiales', Ernai -herederas, teóricamente, de Jarrai y Segi-.

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El discurso de GKS es de extrema izquierda ortodoxa, con referencias constantes a Marx, Lenin y la «revolución obrera» frente a la burguesía. En Sortu, formación liderada por Arkaitz Rodríguez, lo califican como «trasnochado» y que no «se oía ni en los sesenta». A día de hoy no hay una marca política que les represente. No hay una voz única, forman varios grupúsculos y han vivido sus propias escisiones. Lo que está claro, como se evidenció en Vitoria, es que tienen fuerza y capacidad de movilización. No dudan en calificar a Sortu como «traidores» y les sitúan al mismo nivel que al PNV o al PSE por su estrategia pactista sometida al sistema.

Estos grupos también se hicieron notar durante los últimos coletazos de la pandemia, en las protestas de los antivacunas

El mejor ejemplo de que lo sucedido en la capital alavesa incomoda y mucho a la izquierda abertzale es la nula reacción que se produjo en este mundo. Desde Sortu, ningún mensaje oficial. Desde Ernai, un único mensaje en sus redes sociales «denunciando la presencia de la Ertzaintza en la Universidad» y mostrando su «solidaridad» con los jóvenes detenidos, para los que pedían su liberación inmediata.

Aunque los disturbios se produjeron por la mañana, no fue hasta pasadas las ocho y media de la tarde cuando EH Bildu, a través de su organización en Álava, «rechazó los daños materiales causados en el Campus de la UPV-EHU en Gasteiz». «En nuestra opinión -apostillaron-, tal comportamiento no tiene ningún sentido. Al mismo tiempo, exigimos el respeto a las garantías legales y derechos de los detenidos».

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Agitación social

Si el jueves fue el campus de Vitoria, lugar donde se han hecho realmente fuertes, su actividad fue notoria en los últimos coletazos de la pandemia. No todos los antivacunas, negacionistas o quienes rechazaban el pasaporte covid -ni de lejos- comulgan con los disidentes de la izquierda abertzale, pero ellos buscaron aprovechar el cansancio pandémico para lograr adeptos, crear un clima de tensión social y desgastar tanto a los diferentes gobiernos como a la línea oficial de Sortu, que siempre defendió la aplicación de medidas de contención social para tratar de frenar el virus.

Estuvieron presentes en muchas de las manifestaciones organizadas para denunciar lo que a su juicio era una «nueva dictadura sanitaria», que consideraban como «un grave ataque contra los derechos y libertades fundamentales».

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