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El Gobierno vasco ultima un plan piloto para la introducción del castellano en las 'jutbas' (sermones de los viernes) en las mezquitas de la comunidad ... autónoma. Este modelo bilingüe, según fuentes policiales, respondería a un intento por «controlar mejor» cualquier futuro brote de radicalismo entre la comunidad musulmana vasca.También cuenta con una segunda vertiente, «una mejor integración» de este colectivo, que suma más de 46.000 personas en Euskadi y que está en riesgo de estigmatización social a causa del terrorismo yihadista. De ahí que este novedoso programa, todavía en fase embrionaria, penda de dos órganos: la Ertzaintza y la Secretaría de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación.
Según explicó ayer a ELCORREO el secretario de Derechos Humanos, Jonan Fernández, la recomendación «se ha consensuado con los responsables» de los templos seleccionados. En principio, solo atañe a tres. Euskadi cuenta con 77 mezquitas registradas, la mayoría controladas por fieles marroquíes.
Medios policiales, sin embargo, deslizan que el proyecto nace para, en un futuro próximo y si fuera aceptado, tener un mayor dominio de los mensajes lanzados durante las oraciones. Mientras los presidentes y juntas directivas de las mezquitas son ciudadanos generalmente arraigados en Euskadi, los imanes suelen llevar una vida más itinerante. Incluso por otros países, de ahí el peligro de radicalización.
Desde 2014, con el repunte de la amenaza fundamentalista, el Gobierno vasco comenzó a asignar medios a este propósito. Y lo hizo por dos vías, la policial y la social. La Ertzaintza trabaja desde entonces, y de forma muy discreta, en el control de los templos musulmanes afincados aquí. No obstante ha irrumpido con algo de retraso en este frente, en el que cuerpos de seguridad dependientes del Gobierno central llevan inmersos «alrededor de quince años». El Ejecutivo marroquí también mantiene la lupa sobre las mezquitas controladas por sus compatriotas.
En este sentido, medios internos del Ministerio del Interior admiten que cuentan con «una red de informadores consolidada» en la comunidad autónoma. La práctica totalidad las detenciones de yihadistas en el País Vasco han llevado la rúbrica de laPolicía Nacional, de la Guardia Civil o del CNI.
Evitar nuevos Izzedine Boutiba (presidente de una asociación cultural detenido en Vitoria en 2018 por adoctrinamiento), Redouan Bensbih (fallecido en Siria en 2014 tras enrolarse en Isis) o A.M.R.R (arrestado en una gasolinera cerca de Vitoria hace un año cuando planeaba un atentado) son la obsesión en la base de Erandio, donde la Ertzaintza ha levantado su cuartel general contra el terrorismo islamista. El Departamento de Seguridad eludió ayer dar su versión y remitió cualquier explicación a la Secretaría de Derechos Humanos.
Y es que esta iniciativa de nueva creación persigue además un objetivo preventivo. La integración paulatina del colectivo musulmán, con un crisol de nacionalidades y una minoría de conversos, se ve en el Gabinete Urkullu como el mejor escudo contra la radicalización o la exclusión social. «Hay jóvenes de segunda generación que no controlan el árabe y no van a las mezquitas porque no se enteran de la 'jutba'», interviene Hajar Samadi, adalid del islamismo más progresista e integrante de ADOS, plataforma alumbrada el año pasado por el Gobierno vasco para crear firmes lazos con la comunidad musulmana. Respecto al idioma, Samadi asume que es «pronto» para decantarse por el euskera.
A pesar de que se trata de un proyecto en ciernes, ha corrido como la pólvora entre las mezquitas vascas. Las reacciones han sido dispares. Sectores tradicionales no lo ven con buenos ojos. «Traducir los matices del árabe al castellano resulta muy complicado. Cuando puntualmente viene alguien que no habla árabe, el iman le explica al acabar la jutba», alegan desde un templo. «Nos habéis acogido de maravilla, haremos lo que sea por integrarnos», anuncian desde otra comunidad islámica.
Jonan Fernández insiste en que «tenemos muy en cuenta la realidad de este colectivo. Será muy progresivo. Lo queremos fomentar, pero jamás imponer». Asimismo, otra de las novedades será «que los rótulos y señaléticas se vehiculen en euskera, castellano y árabe».
Desde la Comisión Islámica de España, máximo órgano nacional de este credo, su secretario, Mohamed Ajana El Ouafi, ve con buenos ojos la prueba. «En Madrid ya se ha puesto en marcha con éxito en varias mezquitas», enfatiza.
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Silvia Cantera, David Olabarri y Gabriel Cuesta
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