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david guadilla y Adolfo Lorente
Bilbao
Sábado, 14 de marzo 2020, 17:29
La toma de medidas para frenar el coronavirus ha derivado en una guerra competencial. La activación del estado de alarma por parte de Pedro Sánchez y la posibilidad de que todos los poderes se centralicen bajo un mando único y que la mayoría de las competencias queden en manos de los ministerios de Interior, Defensa, Movilidad y Sanidad ha sido calificado por el Ejecutivo de Vitoria como un «155 que no estaba anunciado», en palabras censurado de Josu Erkoreka. El portavoz del Ejecutivo autónomo ha considerado que sería una «sorpresa» que el Gobierno anulara las competencias autonómicas en materia de Seguridad y de Salud y que abocara para sí todas las atribuciones«. No sólo eso. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, desveló minutos antes de las seis de la tarde que había hablado con Iñigo Urkullu que coinciden en rechazar que el Gobierno español «confisque» competencias autonómica. «Coincidimos en que no podemos aceptar que el Gobierno español confisque nuestras competencias en salud, seguridad y transporte. Necesitamos apoyo; no recentralización», escribió en Twitter.
La tensión fue creciendo a lo largo del día. Las primeras críticas llegaron desde Vitoria, después de que se haya desgranado parte del decreto que tiene previsto presentar el Gobierno para desarrollar el estado de alarma. El portavoz del Gobierno ha criticado que Sánchez se haga cargo como «mando único» de atribuciones recogidas en el Estatuto. En una entrevista en Radio Euskadi ha asegurado que «el movimiento absoluto de personas no se puede prohibir, no puedes limitar la movilidad de las personas en la medida que sea absolutamente imprescindible». ha recalcado para establecer que la situación en Euskadi es muy distinta a la de Italia.
Cuestionado por la posibilidad de que se establezca un mando único con el control del Gobierno central sobre las comunidades, ha afirmado que el lehendakari ya ha dado a conocer que mantuvo una conversación con Pedro Sánchez y «no fue esa la tónica en la que se desenvolvió el intercambio de puntos de vista». «Por parte de Pedro Sánchez advirtió una actitud, en principio, respetuosa con las competencias autonómicas y un compromiso y una voluntad de continuar trabajando conjuntamente en un marco de cooperación cómo ha venido desarrollándose la actuación de los dos ejecutivos durante esta última semana», ha añadido.
Interpelado sobre este asunto en su comparecencia, Iñigo Urkullu ha desvelado que trasladó a Sánchez que «las medidas que el Consejo de Ministros pudiera adoptar tuvieran en consideración el modelo territorial del Estado, la configuración en base al ordenamiento jurídico y el autogobierno«. «Valorando la perfecta coordinación y comunicaciones existente en el ámbito sanitario me resultaría extraño que hubiera otras directrices o medidas del Gobierno español, pero estoy a la espera de las que se adopten en el consejo de Ministros», ha añadido.
Pero a tenor del borrador del real decreto filtrado varios minutos después de que Urkullu anunciase sus medidas, La Moncloa no ha tenido muy en cuenta las consideraciones del lehendakari. Todo lo contrario. Porque mientras el Gobierno vasco anunciaba medidas como cerrar los negocios de hostelería pero no el comercio, Pedro Sánchez hablaba de prohibir la circulación de personas apostando por un confinamiento nacional que sólo podría saltarse por cuestiones de máxima necesidad, como ir a trabajar o ir a comprar comida.
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Silvia Cantera, David Olabarri y Gabriel Cuesta
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