David Guadilla
Martes, 15 de enero 2019, 12:20
«Va a ser complicado». El delegado del Gobierno en el País Vasco, Jesús Loza, ha hecho un ejercicio de sinceridad este martes a la mañana y ha reconocido que las fechas previstas para la llegada del Tren de Alta Velocidad a Euskadi se ... incumplirán. Una vez más. Los últimos cálculos realizados por el Ejecutivo del PP situaban en 2023 la puesta en marcha de la 'Y', pero esos plazos son imposibles de llevar a cabo, ha reconocido Loza. «No va a ser fácil. No me gusta decir cosas en las que no creo», ha admitido el delegado del Gobierno para explicar un frenazo que se veía venir y que fue contestado de inmediato por parte de la Consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia. «Si ahora se pone en duda que el TAV vaya a llegar a Euskadi en 2023, se pone en cuestión bien que el Gobierno central vaya aportar el dinero suficiente o bien que vaya actuar con la rigurosidad necesaria», ha afirmado Tapia.
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Loza ha comparecido en rueda de prensa para explicar las partidas consignadas para el País Vasco en el proyecto de Presupuestos presentado el lunes por la ministra de Hacienda. El Gobierno central destinará 234 millones a las obras del tren de alta velocidad en Euskadi, 66 menos que el año pasado. También se incluyen 18,6 millones para la fuente de espalación de neutrones, 32 para el espigón central de la dársena de Bilbao, 2,9 para la terminal logística Bilbaoport en Pancorbo, 3,1 para el Abra Parque Empresarial, 1,5 para la depuradora de Galindo, otros 4,8 para cercanías en Bizkaia.
El proyecto de Presupuestos es vital para el futuro de Pedro Sánchez. El debate de enmiendas a la totalidad será la segunda semana de febrero. Si pasa el corte, la votación definitiva será en abril y si el líder del PSOE quiere contar con Presupuestos y aguantar hasta final de legislatura el voto del PNV es imprescindible.
Aunque se da por hecho el acuerdo con los jeltzales, los nacionalistas han insistido en que ese respaldo no será «gratis». O lo que es lo mismo, que ahora toca negociar sobre un proyecto que rebaja la inversión para Euskadi en un 7% para 2019 respecto a lo previsto para el ejercicio anterior en las últimas Cuentas aprobadas en mayo por el Gobierno de Mariano Rajoy. Si entonces se fijaron 509 millones, ahora están consignados 469. Una bajada a la que Loza ha intentado quitar importancia y contextualizar.
Una vez más, la parte más significativa de la tarta se la llevan las obras de la Y vasca. A los tajos para poner en marcha el TAV se destinan 234 millones. ¿Serán suficientes para mantener el ritmo de las obras y el proyecto pueda estar inaugurado para 2023, tal y como está previsto en los últimos cálculos de los gobiernos central y vasco? Para empezar, es una cifra menor que la asignada en el ejercicio anterior. El propio Loza ha reconocido que no será «fácil», asumiendo en su discurso que más bien será imposible. Los Presupuestos ya sitúan el fin de las obras en 2025.
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Aun así, lo que ha hecho el delegado del Gobierno es recordar que el ejercicio anterior fue «espectacular» en cuanto a las inversiones que se destinaron a Euskadi gracias al apoyo que dio el PNV al Gobierno de Mariano Rajoy. En este sentido, Loza ha reconocido que la inversión de Fomento baja respecto a lo realizado en 2018, pero lo ha comparado con lo hecho en 2017, que fue solo de 323.
La reacción del Gobierno vasco no se ha hecho esperar. Así, la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras ha sido muy clara este martes a la mañana en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. Arantxa Tapia ha arremetido con dureza contra el Gabinete de Pedro Sánchez por no cumplir los compromisos adquiridos en torno a este proyecto.
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«Éramos conscientes de que, para poner en marcha el TAV en 2023, todos teníamos que, además de introducir las partidas presupuestarias suficientes, elaborar y poner en marcha los proyectos con mucha diligencia. Si en este momento se ponen en duda los plazos, está poniendo en duda una de las dos cosas: o que no va a haber partida presupuestaria suficiente o que se va a actuar con menos diligencia de la prevista», ha analizado la consejera. «Lo cual me empieza a preocupar un poco», ha añadido.
Tapia ha dejado claro que el Gobierno vasco espera que los fondos que se reducen para ejecutar la obra civil –«que va a buen ritmo y se está finalizando»–, se incrementen por otro lado para comenzar a instalar la «superestructura» del tren de alta velocidad, es decir, «la parte metálica de las vías, la electrificación y automatización». Además, ha dejado caer que de cara a las obras de acceso del TAV a las capitales vascas le «gustaría ver los compromisos» que el Gobierno central asume para los próximos tres años, cuando se ejecuten los trabajos.
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Si Tapia ha mostrado la posición más contundente, Josu Erkoreka ha optado por una postura más conciliadora. El portavoz del Ejecutivo ha evitado valorar el proyecto de Presupuestos Generales de Estado y se ha mostrado cauto, a pesar de que la inversión para Euskadi pasará de 509 a 469 millones de euros. No obstante, sí ha apuntado que «confía» que durante la tramitación parlamentaria se incorporen «dotaciones que garanticen la continuidad de los proyectos que están marcha». «Esperamos que no nos encontremos con un proyecto de Presupuestos que implique una rebaja drástica o una supresión radical y unilateral de inversiones que proceden de ejercicios anteriores», ha asegurado.
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