El PSOE se querella contra De Aldama y agita que esconde una «finalidad política»

La antesala de la querella consta de 15 páginas y en ellas los demandantes consignan las alusiones o directamente acusaciones -las más graves son el supuesto cobro de comisiones ilegales- que efectuó el encausado el jueves ante el juez Moreno antes de quedar en libertad en el otro sumario en el que está imputado, el del fraude en el IVA de los hidrocarburos, gracias al pacto con la Fiscalía Anticorrupción. El documento incide en lo que los aludidos vienen aseverando desde que se conocieron las revelaciones en cadena de De Aldama ante el instructor: que son «absolutamente falsas, difamatorias, injuriosas y calumniosas», además de «premeditadas, torticeras y de absoluta gravedad», con el nítido y «espurio» propósito de perjudicar a los querellantes, al conjunto del PSOE y al Gobierno. Es en este punto donde los socialistas deslizan una sospecha, sin apuntar a una autoría concreta: que el paso dado por el conseguidor de la 'trama Ábalos-Koldo' tiene «una finalidad política». Unas intenciones que, reza el texto, «desconocemos si obedecen a intereses exclusivamente propios o también de terceros, así como si se han efectuado 'motu proprio' o a cambio de precio, recompensa o promesa».

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Dos de los querellantes, Illa y Torres -de que De Aldama dice que pidió a la red una comisión de 50.000 euros-, se pronunciaron este viernes sobre el escándalo en sendas comparecencias en La Moncloa tras reunirse el presidente catalán con Sánchez. «Conozco al presidente del Gobierno y le he visto muy bien, muy centrado» en la tarea que tiene por delante, aseguró el líder del PSC, quien auguró Ejecutivo «para rato». Torres, tras anticipar que sería este viernes cuando se registraría la querella, acusó a Alberto Núñez Feijóo de estar ejerciendo de «portavoz de un delincuente confeso» y volvió a desdeñar, como ya hizo la víspera el propio Sánchez, su oferta a los aliados parlamentarios del PSOE para presentar una moción de censura. «¡Que la presente! No lo va a hacer », retó.

Después de haber logrado aprobar el jueves la reforma fiscal, producto de una de las negociaciones más complejas de la legislatura (amnistía incluida), los socialistas se sienten fuertes y están convencidos de que, más allá de la incomodidad que supone para ellos tener que responder a las acusaciones de Aldama y del impacto que eso pueda tener en la opinión pública, la estabilidad de la legislatura, precaria y en continuo equilibrio inestable, no peligra. Al menos, con lo que hasta ahora ha trascendido.

El PSOE rechaza cualquier comparación con la 'trama Gürtel' que carcomió al PP y, pese a la amenaza de Aldama de seguir tirando de la manta, ahora con pruebas, su tono al referirse al imputado también es hasta burlesco. Torres hizo suya la comparación con el Pequeño Nicolás para tratar de presentarlo como un fabulador con aires de grandeza. «Estamos ante una persona sin credibilidad que es capaz de afirmar que colaboraba con la CIA, con el MI-6. Ya solo le faltaba decir que colaboraba con la TIA, lo que diríamos los terrenos de Mortadelo y Filemón», ridiculizó.