Geroa Bai acelera el paso para decidir si forma parte del Ejecutivo de Chivite

El escenario que dibujaron las urnas la pasada primavera dejó claro que los protagonistas llamados a configurar el Ejecutivo foral para los próximos cuatro años iban a ser los mismos que en la pasada legislatura. Sin embargo, la correlación de fuerzas ha cambiado: los socialistas han mantenido su número de escaños, los morados han subido uno y Geroa Bai ha obtenido dos menos. El PSN aplicó esta aritmética para hacer un planteamiento que los nacionalistas interpretaron a la baja porque, si bien es verdad que han perdido representación parlamentaria, también lo es que son decisivos porque un 'no' abriría un panorama muy incómodo para Chivite al necesitar el apoyo de EH Bildu. La abstención ya no le valdría para mantenerse al frente del Gobierno y la fotografía sería muy diferente aunque la situación no variara demasiado.

Las reuniones en el seno de Geroa Bai se han sucedido durante el fin de semana para fijar su posición. Las cuatro carteras que le ha puesto Chivite encima de la mesa han calmado los ánimos en la coalición en el apartado de la configuración del Gabinete y en el reparto de las consejerías, pero sus dirigentes quieren dar su consentimiento a todo, sin compartimentos estancos, y ahora mismo lo que centra el debate es el programa de Gobierno.

Barkos y el resto de la cúpula de Geroa Bai tienen previsto volver a verse este lunes por la mañana para consensuar su respuesta definitiva al PSN. Si ésta se produjera, su idea es citarse por la tarde con los socialistas y con Contigo-Zurekin para acelerar las conversaciones en el caso de que resuelvan volver a formar parte del Ejecutivo de Chivite. De ser así, no se descarta incluso que la investidura se produzca esta misma semana.