![El PP gana por la mínima y queda en manos de un Vox disparado que se ofrece para gobernar](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202202/14/media/gif-elecciones-cyl-1-1296x800.gif)
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El Partido Popular obtuvo una victoria amarga en Castilla y León. Va a depender de Vox para seguir al frente del Gobierno regional porque sin la extrema derecha se arriesga a que la alianza del PSOE con Podemos y las candidaturas uniprovinciales reúna más procuradores en las Cortes autonómicas.
Al final, el peor de los sueños de Pablo Casado y de los populares castellanoleoneses se hizo realidad. El PP se quedó en 31 escaños, apenas dos más de los que obtuvo en 2019 y casi el mismo porcentaje de votos, cuado obtuvo el peor resultado de su historia en esa comunidad. Un rédito inapreciable y muy lejos de las expectativas que tenían para decidir el adelanto electoral.
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El escrutinio fue una sucesión de malas noticias para el PP, solo ganó en Zamora, Salamanca, Segovia y Ávila, mientras el PSOE lo hizo en las más pobladas Valladolid, Burgos, León y Palencia. Caso aparte fue el de Soria ¡Ya!, que barrió en su circunscripción.
Si la dirección nacional del PP confiaba en que Castilla y León iba a ser el primer peldaño de la escalera que conduce a la Moncloa, el tropezón ha sido notable. El único motivo de consuelo fue el de recuperar la condición de primera fuerza que tenía el PSOE. Pero nada ha salido como se diseñó sobre el papel. El PP no creció, pero engordó a Vox hasta los 13 escaños. La única satisfacción fue la de reducir casi a la marginalidad a Ciudadanos, su socio de legislatura, que se quedó con un solo procurador.
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Casado cargará a partir de ahora con el sambenito de que sin la extrema derecha no es nadie y no podrá gobernar España. Un imaginario que es el mejor catalizador para la movilización de la izquierda. Un escenario complicado para el líder de la oposición, que reabrirá a partir de hoy el debate sobre su liderazgo porque la operación en Castilla y León la diseñó en persona en contra de la opinión de barones y dirigentes de su partido.
El líder del PP no será, sin embargo, el único que se va a tentar la ropa tras estas elecciones. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, el segundo escalón y el siguiente que debería adelantar en elecciones se lo va a pensar, sin duda, porque si Vox ha obtenido un magnifico resultado en Castilla y León sus perspectivas son aún mejores en su tierra. En Andalucía, Vox está más asentado, cuenta con una implatación más consolidada y tiene una candidata 'in pectore', Macarena Olona, más sólida.
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En Valladolid, Alfonso Fernández Mañueco, además, no lo va a tener fácil. Vox le va a hacer sudar porque quiere estar en el Gobierno y de entrada su factura es cara. Santiago Abascal quiere que su candidato, Juan García-Gallardo, sea el vicepresidente y que los suyos ocupen un buen puñado de carteras. Vox esta en condiciones de exigir. Sus 13 escaños y el 17% de los votos es una inmejorable posición negociadora. El ascenso de la extrema derecha ha sido fulgurante. Partía de un solo procurador y el 5,5% de los votos y se han convertido en la tercera fuerza.
El partido de Abascal tiene en su mano el futuro de Mañueco y el PP. Puede apoyarle o no en la primera votación de la investidura, para la que requiere mayoría absoluta, o puede abstenerse en la segunda, para la que el candidato requiere mayoría simple. En ambos casos la llave la tiene Vox.
El mal resultado del PP no se ha traducido, como era lo habitual, en uno bueno para la izquierda. Los socialistas pasaron a ser la segunda fuerza y perdieron siete representantes, pasaron 35 a 28, y más de cuatro puntos en los votos, aunque no sufrieron un descalabro. Se quedaron a tres escaños del PP, a punto y medio en papeletas y ganaron en los territorios más poblados. Es más, en el terreno de la politica ficción hasta podrían gobernar si su candidato Luis Tudanca logra amalgamar al resto de candidaturas y Vox no llega a un pacto con el PP.
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El principal motivo de satisfacción para el PSOE es que pueden decir que el rotundo fracaso de Madrid en mayo pasado se circunscribe a esa comunidad y no parece ser una tendencia nacional que pondría en la picota las opciones electorales de Pedro Sánchez en las generales.
Su socio en el Gobierno nacional demostro que está en su peor momento. Perdió uno de sus dos diputados regionales y demostró que su futuro es más que sombrío. Sin el auxilio del nada concreto proyecto político de Yolanda Díaz, Unidas Podemos demostró en Castilla y León que está para el desguace.
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Además de Vox, los otros dos grandes triufadores de la noche fueron Unión del Pueblo Leonés y Soria ¡Ya!, ambos con tres procuradores. Los leoneses ganaron dos mientras que los sorianos partían de cero y cosecharon más del 42% de los votos en su circunscripción. Un 'soriazo' en toda regla.
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iÑIGO fERNÁNDEZ dE lUCIO
iñigo fernández de lucio
Fueron la excepción en las candidaturas de la España vaciada, aunque Unión del Pueblo Leonés tiene raíces previas a este movimiento. En ninguna de las provincias en las que se presentaron se acercaron a obtener representación. Por Ávila, con un escaño, no encaja en este fenómeno al tratarse de una escisión del PP ajena a sus demandas.
Ciudadanos añadió un renglón más a su carta de despedida y por los pelos. Su candidato, Francisco Igea, retuvo su asiento en las Cortes regionales, pero perdió doce y 150.000 votos. El rumbo a la desaparición es inexorable.
X. GARMENDIA
«España entera nos estaba mirando y hemos estado a la altura de las circunstancias. Estoy muy satisfecho con el resultado». Sin llegar a la euforia pero visiblemente contento, Alfonso Fernández Mañueco dio por cumplido el objetivo: lograr su primera victoria electoral -en 2019 el PP fue segunda fuerza tras el PSOE pero pudo pactar con Ciudadanos para seguir en la Junta- y, de paso, contribuir al relato de Génova del «cambio de ciclo político» que empezó en la Comunidad de Madrid y que, según sus aspiraciones, acabaría con Pablo Casado en La Moncloa.
Pese a la exigua ventaja que los populares acabaron sacando a los socialistas, el candidato consideró «claro» el mandato de las urnas: «Que gobierne el PP con diálogo y acuerdo». Mañueco, que salió a celebrar el resultado en Salamanca minutos antes de que Vox le exigiera públicamente la vicepresidencia a cambio de su apoyo, anunció que abrirá una ronda de contactos con todas las formaciones políticas de mayor a menor. «Quiero hacer un gobierno de todos y para todos», insistió el aspirante a la reelección, que no hizo alusión alguna a una eventual entrada de la extrema derecha en el futuro gabinete autonómico.
«Quiero llegar a acuerdos para hacer un gobierno estable, sin la amenaza de posibles mociones de censuras», insistió el mandatario castellanoleonés en referencia a la tesis que esgrimió para adelantar las elecciones, la de que Cs maniobraba en secreto para cambiar de caballo en mitad del río y convertirse en socio del PSOE. Según Mañueco, los resultados de ayer tienen trascendencia nacional porque la victoria del PP en Castilla y León también servirá para «dar estabilidad a España».
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