Era un clásico. Así, en pasado, porque dejará de serlo. Euskadi y Galicia, Galicia y Euskadi dejarán de ir de la mano en sus elecciones autonómicas. Que Iñigo Urkullu y el entonces presidente gallego Alberto Núñez Feijóo salieran en rueda de prensa el mismo día ... para llamar a sus ciudadanos a las urnas se había convertido en un clásico de la política española. Ahí, de hecho, gestaron la buena relación que aún hoy mantienen. Así sucedió en 2016 y 2020. Antes también pasó en 2009.
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«Nosotros tenemos nuestro propio calendario», recalcaron este jueves fuentes de Lehendakaritza, que confirmaron que el nuevo presidente gallego, Alfonso Rueda, telefoneó a Urkullu para informarle de su decisión. Euskadi no seguirá sus pasos. Las 'prisas' del PP gallego para aprovechar el impacto de los polémicos pactos de Pedro Sánchez con Carles Puigdemont y EH Bildu en Pamplona no son las del PNV. De hecho, los jeltzales siempre habían hablado de marzo como posible mes para adelantar los comicios autonómicos, pero la decisión del EBB de proponer a Imanol Pradales en lugar de seguir apostando por Urkullu ha cambiado por completo los pronósticos. Ahora, como desveló el miércoles EL CORREO, las dos fechas más factibles con las que están trabajando las fuerzas políticas vascas son el 14 y el 21 de abril.
No obstante, la potestad es única y exclusivamente del lehendakari, que sigue jugando al despiste. Lo que sí está claro es que no se alargará la legislatura hasta julio (los comicios de 2020 fueron el día 12 de ese mes). Además, Urkullu siempre ha defendido que si en 2020 no hubiera habido pandemia, las elecciones se hubieran convocado precisamente en abril. Pero todo se trastocó.
¿Qué ha pasado en Galicia? El presidente de la Xunta compareció este jueves por sorpresa tras la celebración del Consejo de Gobierno para anunciar una decisión que no por esperada deja de ser relevante. Y lo es, sobre todo, porque el hecho de que el PP logre mantener la mayoría absoluta o pierda el Gobierno después de tantos años puede ser determinante para el futuro de Núñez Feijóo, que lo ha fiado todo al poder autonómico para desgastar al presidente del Gobierno. Si caen los populares, sería una de las grandes victorias de Pedro Sánchez.
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El objetivo de Rueda, que debuta como cabeza de cartel, es sencillo: sacar mayoría absoluta. Sí o sí. No le queda otra. Si no lo hace, hará que el PP pierda el Gobierno. Todos pactarán para sacarle. Además, no hay que olvidar que uno de los grandes logros políticos de Feijóo durante su etapa de presidente autonómico fue conseguir que Vox no tenga representación en el Parlamento gallego. De hecho, los populares sigue apretando en privado a los de Santiago Abascal para que no concurran y puedan dar alas a una izquierda en horas bajas tras la enésima crisis entre Podemos y Sumar.
Durante su comparecencia, Rueda justificó el adelanto asegurando que lo que pretende es dar «estabilidad» a Galicia. El decreto con la convocatoria se publicará el martes que viene, día 26, en el Diario Oficial de Galicia. «Estas elecciones quedan convocadas una vez que están aprobados los presupuestos para 2024. La buena marcha de Galicia no se va a interrumpir», subrayó. Si bien confesó que además de con Urkullu también había hablado por teléfono con Feijóo, Rueda negó, como era de esperar, que su decisión tenga algo que ver con lo que sucede en la política española a nivel nacional.
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