Felipe González carga contra Sánchez y le recuerda: «Yo di la orden de mandar a Bilbao al Ejército»

«Lo que a mí me salió, siempre con la Constitución en la mano, fue mandar al Ejército a montar hospitales de campaña. No había manera humana de que las necesidades de la gente estuvieran cubiertas y yo di la orden de mandar desde Burgos al Ejército de Tierra, y a la Policía Nacional y a la Guardia Civil», recordó. No tomó la decisión de espaldas al entonces lehendakari, Carlos Garaikoetxea, sino que se comunicó automáticamente con él para coordinar ese despliegue, que cogió al dirigente vasco de vacaciones. «Le advertí de que tenía la posibilidad de coordinar todos esos servicios, pero prefirió no asumirlo y lo seguí haciendo yo. Recorrí veinte veces la zona afectada en helicóptero y me pasé días enteros siguiendo Meteosat», con el fin de seguir la evolución de las inclemencias meteorológicas, prosiguió su relato Felipe González.

Precisamente a la comunicación apeló para gestionar esta «tragedia inenarrable», tanto entre el Gobierno central y el regional como entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo: «Creo que algún día se tendrán que poner cara a cara y decir 'hagamos algo juntos', porque no va a haber ninguna reforma en España sin que pase eso, y porque ese era el espíritu de la norma». Concretando sobre la situación en los pueblos de Valencia o de Castilla-La Mancha que han sido arrasados, insistió en que tendrían «que sentarse y actuar» junto a los presidentes de las comunidades autónomas afectadas. «Todavía están a tiempo», advirtió, sin ocultar que, en su opinión, «el protagonismo debe ser del Gobierno de la Nación». «Tienen que tener la voluntad de encontrarse y de tomar decisiones», y tienen que tenerla, a su juicio, pensando «en el sufrimiento de la gente».

Felipe González fue muy rotundo en su conversación con Ángel Ortiz, director de El Norte de Castilla, al confirmar que él «no habría dicho lo de que 'lo que necesiten, que me lo pidan'», puesto que, para empezar, no es una petición personal, «sino al Estado español». Lamentó el exdirigente que esto sea consecuencia del «poder centrifugado», y que no se esté teniendo en cuenta que «el Poder central conecta con los poderes descentralizados y con los locales, que son donde están los ciudadanos». «No hay más que ver sufrir a los alcaldes de esos municipios. Aquí hay que intervenir con unas pautas de comportamiento, no con buena fe; eso es lo que da la eficacia. Aquí el protagonismo debe ser el del Gobierno de la Nación, a quien le acompañan la Constitución y el ordenamiento jurídico», reiteró.

Si bien el expresidente empezó su intervención sobre la DANA concediéndose el intento «de no calentar el ambiente», fue crítico con las formas en las que se ha expresado Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana. «Le convendría haber pasado una semana en silencio y reposo, porque dice cosas sin sentido. Todos nos hemos vuelto mentalmente tuiteros; primero disparamos y después vemos dónde ha dado. Eso es un disparate; los ciudadanos no están esperando eso, están esperando que les quiten el barro», recordó. En esta línea, mostró comprensión con el enfado que la gente mostró durante la visita de Pedro Sánchez, de Mazón y de los Reyes al afirmar que «la indignación es justificada, pero la violencia no» y no descartó que Felipe VI quisiera volver a la zona afectada, cosa que agradeció.