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Sábado, 13 de abril 2024, 13:47
Rodeado de barones territoriales del Partido Popular, Alfonso Rueda ha tomado posesión de su cargo como presidente de la Xunta de Galicia acompañado por su antecesor en el cargo y actual líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. A tan solo ocho días de que se ... celebren elecciones en el País vasco, desde Santiago de Compostela Feijóo ha arropado a quien el pasado 18 de febrero consiguió una nueva mayoría absoluta para los populares, lo que ha puesto de ejemplo para defender la gestión de su partido ante no solo las elecciones vascas sino también por las convocadas en Cataluña para el próximo 12 de mayo.
«Galicia está blindada frente a chantajes, frente a las minorías que se quieren imponer a las mayorías, frente a la parálisis política. Galicia, en definitiva, es un lugar donde la gente decide y decide con determinación», ha esgrimido Feijóo ante los medios de comunicación. En este contexto, ha defendido que Galicia es «un buen modelo» para que País Vasco y Cataluña «reflexionen» sobre una «forma de hacer política» que, ha añadido, tiene como base «la estabilidad política, la unidad de la sociedad y una agenda de prioridades de los asuntos de los ciudadanos, de las familias y de sus empresas».
Por su lado, Rueda ha asegurado que toma posesión «para aportar mi modesto grano de arena a la gran tarea que otros iniciaron y otros continuarán», ha proclamado Rueda, tras jurar sobre el Estatuto de Autonomía, ante un millar de invitados entre los que se encontraban autoridades y miembros de la sociedad civil.
De acuerdo con el guión del acto, sobre las 12,00 horas, Rueda ha entrado en el parque compostelano acompañado del ministro de Transportes, Óscar Puente, representante del Gobierno en el evento, y del jefe del Legislativo gallego, Miguel Santalices, quien ha leído el real decreto del nombramiento.
Sin ser él de «citas históricas», como ha reconocido, ha citado palabras de quienes le antecedieron en el cargo, de diferentes colores políticos, empezando por Gerardo Fernández Albor, quien también había tomado posesión en San Domingos de Bonaval, y ha afirmado que da el paso para aportar un «modesto grano de arena» a la «gran tarea que otros iniciaron y otros continuarán».
Lo hace, ha dicho, «con toda humildad», con sus «virtudes y defectos», y con sus «aciertos y errores». Por los últimos, ha pedido «perdón» por anticipado, antes de lanzar un aviso: no aceptará que Galicia sea «menos que nadie», pero que trabajará «con igualdad».
Para sus nuevos pasos ha advertido que no puede «estar solo», agradecido con los conselleiros que le acompañaron y con quienes lo harán en el nuevo mandato, y sobre todo, a su familia. Tanto es así que uno de los momentos más emotivos ha tenido lugar cuando se ha emocionado hasta las lágrimas recordando a su padre.
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