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José María Egaña Loidi, uno de los fundadores de Krafft y víctima de un secuestro de ETA, falleció la madrugada de ayer a los 95 años. Abogado y empresario, además de fundar y presidir la compañía de Andoain, dedicada a la fabricación de lubricantes, detergentes ... y productos similares para automóviles, fue también consejero de las empresas Ibarrondo, Igepac y Bianchi.
Su posición empresarial le convirtió en objetivo de la banda terrorista ETA. Le secuestró la mañana del 10 de marzo de 1986 al poco de salir de su domicilio en San Sebastián para dirigirse a las instalaciones de Krafft. Por entonces tenía 61 años, mujer y seis hijos. Según las crónicas de la época, fue capturado cuando iba a poner en marcha el coche. Su vehículo, un Seat Ritmo gris metalizado, apareció aparcado y abandonado con la llave de contacto puesta en Lasarte.
La petición inicial de rescate fue de 500 millones de pesetas y luego se dejó en 300. El cautiverio duró 19 días. El 29 de marzo le dejaron maniatado a un árbol en Lezo, una vez que el rescate fue abonado. Una llamada en nombre de ETA avisó a la DYA del lugar donde había sido abandonado, pero el empresario logró desatarse y llegó a un restaurante cercano por sus propios medios.
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