Fallece el exdirector general de la Policía Juan Cotino por coronavirus

Cotino estuvo en la capital al menos hasta el pasado jueves 12 de marzo, cuando declaró ante el juez. En su estancia en Madrid no se sintió indispuesto, pero el martes 17 ya sí acude a al Hospital de Manises aquejado de fiebre alta, sin tos ni molestias respiratorias. En el primer test de coronavirus dio negativo y se le diagnosticó una gripe común.

Sin embargo, la fiebre no bajó durante la hospitalización en planta sus síntomas se fueron agravando y se le repitió el test, que confirmó el positivo. El domingo 22 de marzo ingresó en la UCI y, desde entonces, se temía por su vida. Permaneció sedado y entubado durante días. De 70 años, se mantenía estable con respiración asistida y se le aplicaron varios tratamientos a los que parecía estar respondiendo hasta que, finalmente, se ha anunciado su fallecimiento.

La estrella política y personal de Juan Gabriel Cotino, nacido un 23 de enero de 1950, sufrió un vuelco en 2006. Hombre muy religioso, miembro del Opus Dei, se había volcado con la visita del papa Benedicto XVI a Valencia con motivo del Encuentro Mundial de las Familias. Ese empeño, presuntamente desmedido, le llevó a los tribunales, al banquillo de la Audiencia Nacional de Madrid en un juicio que arrancó el pasado 8 de marzo, se suspendió tres días después y tras el cual varios asistentes sintieron malestar.

Cotino ingresó en el Hospital de Manises el 17 de marzo con fiebre alta, sin tos ni molestias respiratorias. Dio negativo en el test de coronavirus. Se le diagnosticó una gripe común. Pero no. Finalmente fue coronavirus, una fatalidad que culmina una trayectoria política que comenzó a torcerse gravemente en aquel 2006, cuando el 3 de julio, días antes de iniciarse la visita papal, se produjo el accidente de metro que segó la vida de más de 40 valencianos. Cotino jugó un papel determinante en la gestión del Consell de ese accidente, en todo lo que se refirió a las víctimas, lo que acabó por situarlo en el foco mediático a partir de 2013. Un año más tarde, en octubre de 2014, dimitió como presidente de Les Corts, un puesto institucional que le permitió situarse como segunda autoridad de la Generalitat, el último cargo político de una actividad que se inició en 1976.

Juan Cotino ingresó en UCD en plena Transición. También impulsó AVA, la asociación valenciana de agricultores, en virtud de la actividad agrícola de su familia. En 1991, ya en el PP, se convirtió en concejal del equipo de Gobierno de Rita Barberá. Formó parte de aquel núcleo duro de los populares que, desde el Ayuntamiento de Valencia, hicieron carrera política, como fue el caso de Manuel Tarancón, José Luis Olivas o Francisco Camps.

En 1996, ya con el popular José María Aznar al frente de la presidencia del Gobierno, fue nombrado director general de la Policía, cargo que ocupó durante seis años, tiempo en el cual su figura se convirtió en el gran referente para el ala cristiana del PP valenciano, y tiempo también, según las investigaciones del 'Caso Erial', durante el cual trasladó personalmente cerca de 600.000 euros en metálico a Luxemburgo para una sociedad investigada en el proceso en el que Eduardo Zaplana es el principal investigado.

En 2002 cesa como máximo responsable del Cuerpo Nacional de Policía y vuelve a Valencia como delegado del Gobierno en la Comunidad, puesto en el que se mantiene hasta la victoria del socialista Jose Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones de 2004. Fue relevado en abril, y en agosto de ese mismo año, Camps lo incorporó a su equipo en el Consell como consejero de Agricultura, en pleno enfrentamiento entre los zaplanistas y sus sucesores al frente del PP valenciano.

La figura de Cotino fue ganando peso en el Gobierno autonómico. Se convierte en vicepresidente tercero del Ejecutivo valenciano a partir de 2007, puesto que alternó desde 2009 con las competencias en Bienestar Social, lo que le valió fuertes críticas de la oposición dado que su familia cuenta con importantes intereses en el sector de las residencias de personas mayores. La prevalencia de Cotino en el Consell era enorme, así como su complicidad con el entonces presidente de la Generalitat, Francisco Camps.

En 2011 alcanza la presidencia de Les Corts, cargo al que llega un 9 de junio, un mes y medio antes de que Camps dimitiese al conocerse que iba a sentarse en el banquillo por el caso de los trajes, del que finalmente fue absuelto. Empezaba así el 'via crucis' del PPCV por la 'trama Gürtel', un periplo que obligó a Cotino a comparecer en la Audiencia de Madrid el pasado 8 de marzo.

En aquel momento, en 2011, según las declaraciones patrimoniales que debían presentar todos los diputados, Cotino era el parlamentario más rico de la Cámara: poseía 1,9 millones de euros entre bienes no inmuebles y su cuenta corriente, acciones, obligaciones, planes de ahorro y un seguro de vida y una vivienda con cerca de 8.000 euros de valor catastral. Sin deudas económicas, sin hijos y soltero.

La situación judicial del PP y la del propio Cotino entran en una espiral de enorme desgaste. La situación se vuelve insostenible en 2014, cuando también se ve implicado en la investigación del 'caso Brugal'. En octubre de ese año, con la legislatura en su tramo final, Cotino dimite. A partir de entonces, rebaja al máximo su presencia pública en el marco de la política. Aseguró que se dedicaría a la explotación del caqui.

Durante los años siguiente su situación judicial se complica por su gestión del accidente de metro, al ser investigado en los contratos de la visita del Papa a Valencia, al acusado con motivo de las comisiones presuntamente generadas por la instalación de pantallas con motivo de la presencia del Pontífice, e imputado en la trama 'Erial'.