Estos días asistimos con más interés a las comparecencias de los consejeros y consejeras en el Parlamento vasco. Los responsables de cada departamento exponen sus objetivos de legislatura y dibujan los caminos que se recorrerán para atender las necesidades de una sociedad que parece moverse ... a velocidad de vértigo.
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El Gobierno vasco se enfrenta a una legislatura marcada por la necesidad de impulsar los cambios que definirán los principales elementos políticos e institucionales del futuro de Euskadi. Desde el desarrollo del autogobierno y la definición de un nuevo Estatuto o estatus (las palabras son importantes) hasta el necesario liderazgo y coordinación del Gobierno vasco en temas fiscales, económicos y sociales que recaen en las diputaciones forales y que han de armonizarse en pro de la necesaria cohesión social.
Y es que mientras miramos con interés al Gobierno, son las diputaciones forales las grandes desconocidas de las administraciones vascas, las instituciones con más poder político, social y económico, quienes han empezado el curso político con la agenda bien abierta. Por un lado, asistimos estas primeras semanas a la disputa entre las diputaciones de Gipuzkoa y de Álava por ver dónde se ubica la conexión del TAV con Navarra. Dos instituciones del mismo nivel competencial y lideradas por el mismo partido político exponen sin ambigüedades sus diferencias anticipando un conflicto que tendrán que resolver los informes técnicos del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, y que necesariamente tendrán que ir acompañados de decisiones políticas que expondrán el liderazgo del lehendakari Pradales, tanto al interior de su partido y como al exterior por el impacto que tendrá la decisión en dos de los tres territorios vascos.
Otra muestra más del peso de las diputaciones forales y también con la de Gipuzkoa como protagonista. Las Juntas Generales fueron escenario ayer del primer acercamiento entre EAJ-PNV y EH Bildu en esta legislatura para que el nuevo Estatuto recoja el derecho a decidir de la sociedad vasca. Sin saber todavía qué piensa Imanol Pradales al respecto y sin que el partido se haya pronunciado de una manera clara, Gipuzkoa, el territorio más abertzale, toma la delantera y empuja a los dos partidos nacionalistas hacia la opción del nuevo estatus.
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El PSE-EE, socio del PNV en las tres diputaciones y en el Gobierno vasco, podrá determinar hacia donde se mueve la balanza: en el caso del TAV será el Ministerio con sus informes técnicos, y en el caso del nuevo estatus o Estatuto, será el partido el que intentará hacer valer su posición en el Parlamento. Miremos más a las diputaciones, punta de lanza y de posición para temas clave de esta legislatura.
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