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El Gobierno vasco y las tres diputaciones forales -las puramente competentes en la materia- participaron ayer de forma telemática en la Conferencia Sectorial de Infancia y Adolescencia, en la que reclamaron un plan de contingencia para abordar la creciente llegada de menores extranjeros no acompañados. ... Euskadi, que acoge a 723 menas en sus centros y sumará ahora otros 18, demanda un sistema estable en el tiempo al tratarse de un fenómeno «estructural, no coyuntural» y que esté basado en la «corresponsabilidad» de todas las partes implicadas para evitar agravios.
La consejera de Bienestar, Nerea Melgosa, y los respectivos diputados forales de Políticas Sociales de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa pusieron sobre la mesa la necesidad de que olas migratorias como la actual se afronten con medidas estables y no a salto de mata. «La falta de planificación y de acuerdo lleva a que, si no existen unas reglas de juego claras y una debida lealtad, nos encontramos con un número muy elevado de jóvenes sin referentes familiares», explicó la responsable del Ejecutivo de Imanol Pradales, que ya estaba al frente de esta materia con Iñigo Urkullu como lehendakari.
Son, en concreto, cuatro los elementos que compondrían ese plan de contingencia demandado por las instituciones vascas: una planificación, una previsión que anticipe eventuales escenarios futuros, una serie de indicadores que permitan evaluar las actuaciones llevadas a cabo y, por último, una memoria económica. No en vano, al igual que otras comunidades autónomas, Euskadi advierte de que la acogida de menores migrantes debe ir siempre acompañada de una dotación de recursos, fundamentalmente financiación, por parte del Gobierno central.
Preocupación
El Ejecutivo autonómico y las tres diputaciones forales, que defienden su trabajo de acogida a menores basado en «términos de derechos humanos y dignidad», consideran que cualquier sistema de reparto debe estar sustentado en un principio de «corresponsabilidad». Una manera velada de sugerir que otras regiones no están acogiendo a jóvenes extranjeros en la misma proporción que lo está haciendo Euskadi. El Gobierno vasco ya señaló concretamente a La Rioja, que actualmente sólo tiene a 9 usuarios a su cargo, frente a los 723 que residen en los centros vascos.
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En las diputaciones, que gestionan esos recursos, existe preocupación por el desbordamiento de sus capacidades. La creciente llegada de menores migrantes está teniendo el mayor de los impactos en Canarias, destino de quienes hacen la travesía en condiciones inhumanas en pateras, pero también está teniendo su réplica en Euskadi. La alta presión ha abocado a las instituciones forales a abrir nuevos espacios como el de Sopuerta.
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