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josemi Benítez/ óscar b. de otálora
Viernes, 4 de mayo 2018
La disolución de ETA está repleta de paradojas y sinsentidos. Uno de ellos es que una de las personas que se encuentra en el núcleo dirigente de la izquierda abertzale en esta fase final, Antton López Ruiz 'Kubati', haya dedicado su vida a impedir que esta desaparición llegase antes. En 1985 asesinó a la exdirigente de ETA Dolores González Catarain 'Yoyes', porque ella había entendido que no tenía ningún sentido continuar con la violencia.
Una de las muchas imágenes de la derrota de ETA es que quien buscaba alargar el final de la banda -incluso matando a sangre fría a una mujer delante de su hijo de tres años- no haya tenido más remedio que cerrar la persiana sin haber conseguido nada a cambio. Entre los miles de dramas que rodean a la organización terrorista, uno de ellos es el de un verdugo que acaba dando la razón a sus víctimas sin haberse arrepentido jamás. La historia de 'Yoyes' y 'Kubati' ejemplifica ese viaje a la nada rodeado de sangre y muerte.
'Yoyes' nació en 1954 en Ordizia, Gipuzkoa. Hija de emigrantes leoneses, comenzó muy joven a militar en la izquierda abertzale. En 1973 huyó a Francia. Para entonces, su novio había fallecido al estallarle la bomba que manipulaba.
En el País Vasco francés es apadrinada por el ideólogo de la banda José Miguel Beñarán 'Argala'. Cuando este jefe etarra es asesinado por el Batallón Vasco Español, 'Yoyes' llega a ser durante unos meses la jefa política de la banda.
El sector más duro y violento de ETA, los 'bereziak', se enfrenta a 'Yoyes'. Ella decide que tiene que alejarse en silencio de ese mundo.
'Yoyes' se aparta del mundo violento de la banda y estudia Sociología y Filología en México. En 1984 pacta su regreso a Euskadi con el Ministerio de Interior y con el dirigente etarra 'Txomin'.
'Yoyes' vuelve a Ordizia en 1985. Ella comienza a escribir sus reflexiones en un diario. A su alrededor, la tensión aumenta cada día. 'Txomin', su valedor en ETA, es deportado a Argelia. Se queda sola.
Ordizia comienza a llenarse de pintadas contra 'Yoyes'. En su diario escribe: «¿Cómo voy a apoyar a un HB convertido en un payaso de un militarismo de corte fascista?».
Los jefes de ETA Francisco Mújika Garmendia 'Pakito', José Luis Álvarez Santacristina 'Txelis', y José Luis Aguirre Erostarbe 'Fiti' deciden que hay que matar a 'Yoyes' para que nadie siga su ejemplo. Ella, según su diario, había soñado que se reunía con la cúpula y escuchaba su sentencia de muerte.
'Yoyes', que se ha ido a vivir a San Sebastián, regresa el 9 de septiembre de 1986 a Ordizia para disfrutar de las fiestas del pueblo con su hijo Akaitz. Su familia y antiguos 'polimilis' que dejaron la violencia le arropan.
La banda ha mandado a un pistolero a matarla. Es Antton López Ruiz 'Kubati'. Como él no conoce a su víctima, pide que otro etarra del pueblo, José Miguel Latasa Getaria, le ayude a encontrarla. La siguen durante dos días.
El 10 de septiembre, el verdugo encuentra a su víctima. Este fue su diálogo
'Kubati': «¿tú eres Yoyes?»
'Yoyes': sí
'Kubati': «¿Y sabes quién soy yo? Soy un miembro de ETA y vengo a ejecutarte».
En ese instante, él le disparó en el tórax y en el muslo. Akaitz, el hijo de tres años de 'Yoyes', presenció el crimen. Ella muere casi al instante.
'Yoyes' muere con 32 años. Su muerte sirve de toque de atención para otros etarras que podían estar pensando que era el momento de dejar las armas. En un comunicado, ETA dice que 'Yoyes' fue una traidora «a sí misma y al pueblo vasco».
En Ordizia, el asesinato de 'Yoyes' en plenas fiestas crispa la situación. Se declara una huelga general de protesta. El dirigente de HB Iñaki Aldekoa asegura: «cualquier ejército del mundo en un estado de confrontación no puede permitirse que uno de sus jefes de Estado Mayor aparezca paseando por territorio ocupado por el ejército contrario». Entre otras cosas, porque demostraría que no existía tal guerra.
'Kubati' es detenido en noviembre de 1987 por la Guardia Civil. Si se exceptúa una carta privada en la que criticaba la violencia -que él mismo desmintió- siempre se ha posicionado entre los más militaristas y violentos. En sus escritos justifica, por ejemplo, el asesinato del concejal del PP de San Sebastián Gregorio Ordóñez.
Menos 'Kubati', la mayoría de quienes tuvieron algo que ver con el crimen de 'Yoyes' han sido expulsados de ETA. Tras entrar en prisión acabaron firmando documentos en los que aseguraban que la violencia no tenía sentido y que la banda estaba derrotada. Defendían el abandono de las armas.
En octubre de 2011, una ETA derrotada anuncia el abandono de la violencia. Tras comprobar que el Gobierno no va a participar en ninguna negociación que permita sacar a los presos de la cárcel, su verdadero problema, inicia un proceso unilateral que ahora concluye con la disolución. El objetivo final sigue siendo ayudar a los reclusos.
'Kubati' sale de prisión en 2013. Ha cumplido 26 de los 1.200 años a los que fue condenado. La izquierda abertzale le encarga controlar a los presos para que no se produzca ninguna disidencia en el proceso de disolución. Su misión es dejar claros los límites: la delación y el arrepentimiento.
La banda decide poner fin a sus actividades y se disuelve. El caso de 'Yoyes' recuerda que hace tres décadas decidió cerrar cualquier debate que podría haber dado pie a otro final de la banda. Y a menos muertos. Su solitario final de una banda derrotada ha estado en manos de personas como 'Kubati', el asesino que se ve obligado ahora a hacer lo que su víctima deseaba.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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