Los Múgica descubren una placa en homenaje a su padre como «lugar de rebeldía y memoria»

Fernando Múgica 'Poto', de 62 años, casado con Mapi Heras y padre de tres hijos, acababa de salir de su despacho de abogados cuando dos etarras, Valentín Lasarte y Francisco Javier García Gaztelu, 'Txapote', le abordaron en plena calle y uno de ellos le disparó un tiro en la nuca. Su hijo José Mari, que había salido del mismo despacho unos minutos antes, escuchó desde la acera de enfrente la detonación, echó a correr en dirección a su padre y en el camino se encontró con Lasarte, que en su huida le encañonó y le dijo: «El próximo serás tú».

José Mari ha sido el encargado de hablar hoy en nombre de la familia y ha afirmado, al finalizar el homenaje, que el memorial que se acabada de inaugurar es un «lugar de rebeldía, de decir no a aquellos que practicaron ese terrible oficio de matar, a los que les jaleaban, a los que les impulsaban, a los que les protegían, porque ese terrible oficio de matar era producto de una voluntad totalitaria, sin piedad, que hoy tiene sus legatarios, sus seguidores, hoy eso se llama Bildu».

El mayor de los Múgica ha agradecido en nombre de la familia al Ayuntamiento donostiarra y al alcalde por «preservar un lugar de memoria donde una persona que paseaba por la calle sin defensa fue asesinada» y que «vale por tantas personas que fueron asesinadas a las que se rompió su vida por la tragedia del terrorismo» que se sufrió «durante décadas en el País Vasco y en toda España». Ha deseado también que la placa inaugurada sirva «a los más jóvenes para saber lo que ocurrió y para, sabiendo lo que ocurrió, que nunca pueda volver a haber la siniestra posibilidad de que vuelva a suceder lo que sucedió».

En ese ejercicio de memoria, ha remarcado, «todos deben saber que se trata de un combate eterno porque es el combate por lo mejor de cada uno, que cada ciudadano, piense como piense, sea como sea», porque «cualquier ciudadano tiene derecho a ser libre, a decidir como quiera pensar, pensar como quiera y a poder pasear por la calle sin miedo a ser asesinado». «Un ejercicio de memoria y de rebeldía por lo mejor de nosotros mismos», ha subrayado.

El homenaje ha contado con la presencia de todos los grupos municipales encabezados por el alcalde donostiarra, Eneko Goia, a excepción de EH Bildu por petición expresa de la familia. Han asistido concejales del PNV como Jon Insausti y Juan Ramón Viles; del PSE-EE, Marisol Garmendia; del de PP, Borja Corominas y Jorge Mota; y de Elkarrekin Podemos, Aitzole Araneta. También han acudido al homenaje el secretario general del PSE-EE de Gipuzkoa, Eneko Andueza, junto a otros socialistas como Miguel Buen, Manuel Huertas, Ramón Jáuregui, Barbara Dührkop, viuda de Enrique Casas; el viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, José Antonio Rodriguez Ranz; la viuda del concejal del PP asesinado por ETA Gregorio Ordóñez, Ana Iribar; el secretario general del PP de Gipuzkoa, José Luis Arrúe; el filósofo Fernando Savater; o el diputado foral de Medio Ambiente de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio.

Tras guardar cinco minutos de silencio y realizar una ofrenda floral sobre la placa en memoria de Múgica, que se suma a las colocadas por el Ayuntamiento donostiarra en memoria de otras víctimas de la violencia, el acto ha finalizado entre aplausos de los presentes.

Goia ha querido recordar que este acto se enmarca en la dinámica del Consistorio en memoria de las víctimas de ETA. El alcalde ha explicado que ha sido un homenaje «sencillo» con la inauguración de una placa con el nombre del homenajeado que «pretende y busca, como todos los actos de estas características, no olvidar, recordar a estas personas que se fueron de entre nosotros y nos los arrebataron de forma injusta».

Rodríguez Ranz, en nombre del Gobierno vasco, ha recordado a Fernando Múgica y ha destacado que «el terrorismo no ha tenido nunca justificación y la violencia con fines políticos ni tiene, ni tendrá, tampoco justificación».