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En 1980, doce etarras viajaron en secreto hasta Adén, la capital de Yemen del Sur, para encerrarse en un campo de entrenamiento del Frente Popular de Liberación de Palestina y las milicias yemeníes. Allí aprendieron a manejar armamento semipeasado. También a preparar explosivos aunque, según ... documentos de los servicios secretos de la época a los que ha tenido acceso este periódico, surgieron problemas como la dificultad para dar clases de un tema tan sensible a unos etarras que no hablaban árabe por unos instructores que no conocían el español y apenas el francés.
En ese momento, el país árabe no era todavía el foco de la tensión mundial en el que se ha convertido hoy, tras la decisión de los houtíes de atacar a los barcos que atravesan en Mar Rojo y amenazar al comercio mundial. El Yemen actual, además, ni siquiera existía. Esta excolonia británica estaba dividida entre Yemen del Norte y del Sur, dos estados enfrentados en un eterno conflicto bélico que no ser resolvería hasta 1990 con la unificación del país. En plena 'Guerra fría', la zona meridional se había convertido en el primer estado árabe de la historia en declararse marxista, con lo que entró en la órbita de la URSS. Fue precisamente esta relación entre grupos terroristas de izquierda la que permitió que ETA llegase hasta el remoto país situado a las orillas del Mar Rojo.
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Cuando ETA viajó a Yemen del Sur, ya había tomado la decisión de incrementar sus acciones armadas contra la recién iniciada Transición española. El dictador Franco había muerto cinco años antes y la amnistía se había concedido en 1977. El plan para enviar terroristas a Yemen fue ideado por José Antonio Urrutikoetxea, 'Josu Ternera', que en esas fechas ejercía de máximo responsable del aparato internacional de ETA.
Para entonces ya existían una serie de conexiones internacionales entre diversos grupos terroristas que se prestaban ayuda mutua y colaboran de forma activa. Por ejemplo, el testimonio de terroristas italianos de las Brigadas Rojas arrepentidos permitió conocer que, hacia 1978, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), había enviado un barco repleto de armas a Venecia y desde allí se repartió entre las propias Brigadas Rojas, ETA, el IRA y la Baader Meinhoff alemana.
Es en ese contexto de terrorismo global en el que ETA consiguió trasladar a doce de sus activistas a Yemen para que recibieran entrenamiento. El viaje fue organizado por los miembros del FPLP, que tenían incluso su propia oficina en el aeropuerto de Adén para atender a otros terroristas. Para realizar el viaje, los etarras habían recibido en Bruselas, un pasaporte falso, 2.500 francos y un billete de ida. Con el objetivo de no levantar sospechas y evitar que todos los terroristas fueran detenidos, se dividieron en tres grupos de cuatro personas y utilizaron rutas diferentes para llegar hasta Yemen. Unos lo hicieron pasando por Atenas y desde allí volando hasta Kuwait. Otros dos fueron a Roma antes de dirigirse Beirut, en un caso, y a Kuwait, en otro.
En el aeropuerto fueron recibidos por terroristas palestinos que se encargaron de su acogida. En un primer momento fueron trasladados hasta un edificio de Adén, donde quedaron a cargo de dos palestinos. Estos miembros del FPLP se disculparon ante los etarras por las malas condiciones en las que tenían que vivir, ya que en la vivienda no había camas y debían dormir en un colchón en el suelo.
Los palestinos, además, se encargaban de la seguridad de los etarras. Un año antes de la llegada de los etarras a Yemen, el país ya había sufrido una guerra por el enfrentamiento entre el Norte y el Sur. Pero además, el FPLP, bajo la tapadera de un grupo denominado 'Septiembre Negro', había intervenido en el secuestro y asesinato de once miembros del equipo olímpico israelí en Munich en 1972 y desde esa fecha sus miembros eran un objetivo prioritario en todo el mundo para los agentes secretos de Israel.
Tras permanecer en la capital durante quince días fueron trasladados por un camino de la costa a una zona montañosa, a través de caminos de cabras, hasta un campamento aislado en la cima de una loma. Allí permanecieron durante cerca de cuatro meses entrenándose en el uso de todo tipo de armamento militar
Entre los doce etarras que se instruyeron en el país árabe, alguno llegarían a ser destacados dirigentes de la banda. Uno de ellos, por ejemplo, fue Jon Yurrebaso, quien con el tiempo llegaría a participar al lado de 'Josu Ternera' en las negociaciones de ETA con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en 2007. Ese año fue detenido en un control policial y encarcelado. A su salida de prisión se convirtió en uno de los principales opositores a la paz y a la disolución de ETA.
No fue el único de los etarras entrenados en Yemen que con el tiempo tendría un papel destacado en la organización terrorista. Otro de los activistas que viajó al país árabe fue el vitoriano Felix Alberto López de Lacalle, 'Mobutu', quien llegaría a ser el 'número dos' de ETA hasta su detención en 1994. Otro vitoriano que también se instruyó en Yemen fue José Luis Eciolaza Galán, 'Diente puto'. Este activista participó en una veintena de asesinatos mientras dirigía el 'comando Gohierri Kosta' en los años 80 y llegó a tener responsabilidades en la dirección de la banda. 'Diente puto' forma parte de la veintena de etarras que permanece en paradero desconocido, ya que huyó a Sudamérica en una fecha determinada. Según algunas fuentes, se oculta en Venezuela.
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Las fuerzas de seguridad españolas descubrieron que ETA se entrenaba en Yemen gracias a la Policía holandesa. En mayo de 1980, cuatro etarras iniciaron su regreso a Europa desde el país árabe a través de un vuelo que debía pasar por el aeropuerto de Amsterdam. En el control fronterizo, los aduaneros localizaron a cuatro personas que utilizaban documentación falsa. En las primeras indagaciones descubrieron que se trataba de miembros de la banda y fueron reenviados de forma urgente a Madrid.
Una vez en suelo español fueron arrestados y la investigación permitió conocer su periplo por Yemen. Los otros ocho activistas que se habían entrenado en el país árabe consiguieron superar las fronteras y se incorporaron a la banda en Francia.
Los contactos entre ETA y los terroristas del FPLP se extendieron en los 80 a Herri Batasuna, que mantuvo relaciones con esta facción palestina que EE UU y la UE consideran un grupo terrorista. Tras la disolución de ETA, Bildu renovó los lazos con este grupo palestino, que siempre ha privilegiado las ideas izquierdistas en su argumentario.
Tras la invasión de Gaza por Israel, Bildu ha utilizado la bandera del FPLP en sus manifestaciones. La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego -de padre palestino-, también ha participado recientemente en actos organizados en Madrid por delegados del FPLP.
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