Esperando al lehendakari
Pradales entró arrollando y el lehendakari saliente se ausentó durante la mayor parte de un pleno que llenó el Parlamento hasta la bandera ·
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Pradales entró arrollando y el lehendakari saliente se ausentó durante la mayor parte de un pleno que llenó el Parlamento hasta la bandera ·
vitoria. Si la actitud puede considerarse un augurio de cómo será su mandato, Imanol Pradales llegó ayer al Parlamento arrollando. Acompañado por su equipo de colaboradores más estrecho y por un Andoni Ortuzar que le intentaba abrir paso entre una nube de cámaras y micrófonos. ¿ ... Cómo se siente?, le preguntaron al aún candidato. «Con ganas», resumió a la carrera. Aclaremos que lo que arrolló nada más entrar al Legislativo fueron los carteles que alertaban de que el suelo del hall estaba resbaladizo. La mañana era de perros en Vitoria.
La lluvia deslució el arranque de una jornada de alto contenido simbólico y político. No faltó nadie en el palco de autoridades y casi nadie en la tribuna de invitados ilustres. Se congregó la flor y nata de PNV, EH Bildu, PSE-EE, PP y Sumar. La ausencia más notable en la primera fila que se reservaba a dirigentes políticos, justo al lado de los tres diputados generales, los presidentes de las Juntas Generales y los alcaldes de las capitales, fue la de Arnaldo Otegi. «Agenda, tenía imposible estar», explicaron desde su formación.
Entre apretones de manos, saludos y el despiste de algún nuevo parlamentario que aún no se sabe el camino más rápido para llegar a su escaño empezó la maratoniana sesión. Nadie mentó (en voz alta) el España-Italia de la Eurocopa que se jugaba por la noche, pero más de uno mostró su interés por saber los tiempos de las intervenciones y si se iba a votar a tiempo de ver el partido. Hace cuatro años con Iñigo Urkullu el momento solemne de la proclamación fue veinte minutos antes de las ocho.
Un momento... ¿Y Urkullu? A diferencia del resto de integrantes del Gobierno en funciones, cuando Pello Otxandiano comenzó a desgranar su programa a las 9.30 horas, el lehendakari no estaba en su escaño. Ni quince minutos después, ni a la media hora... el máximo dirigente vasco empezó su proceso de descompresión llegando tarde el último día, algo impropio durante sus doce años de mandato marcados por el estajanovismo. Quizá sea más adecuado interpretar que solo quiso seguir la intervención de su sucesor. Su entrada, paraguas en mano, se produjo a las 10.30 h. Atronaban las protestas. Hasta doce grupos, la mayoría colectivos de trabajadores de Osakidetza, estaban apostados frente a las puertas del Parlamento.
El abrazo del lehendakari saliente con Pradales tuvo claro aroma del relevo. Urkullu le escuchó... y volvió a desaparecer cuando la sesión de la mañana finalizó a eso de las doce. Tampoco estuvo presente durante la mayor parte del turno de tarde. Otra vez ausente durante las intervenciones de todos los grupos.
Discursos aparte, la jornada estuvo marcada por las despedidas y por las quinielas. El adiós de consejeros que, como Urkullu, ponen punto final a su trayectoria. Josu Erkoreka, Iñaki Arriola, Jokin Bildarratz, Pedro Azpiazu... otras como Arantza Tapia no cierran la puerta del todo. «Hemos limpiado el despacho por si acaso, pero nunca se sabe», reconocían desde su entorno. El runrún sobre la composición del futuro Ejecutivo copó muchas de las tertulias. Lo alimentó, por ejemplo, la nada habitual presencia en el Parlamento de personas como la diputada vizcaína Teresa Laespada, cuyo nombre sitúan algunos en la cuota socialista. En busca de alguna pista, los más de 200 periodistas acreditados para la jornada. No se recuerda tanta afluencia de medios en los últimos años.
Pese al llenazo, en el Parlamento casi todo funcionó como un reloj. «Por favor ya vale de aplaudir», dijo de repente la presidenta Bakartxo Tejeria a la bancada de EH Bildu al terminar Otxandiano su discurso matinal. Después los del PNV fueron más comedidos al finalizar Pradales. El tono del aviso había sido serio.
En el tercer piso del Legislativo algunos vips se removían en el asiento tras horas de discursos; en el segundo, las tertulias radiofónicas en directo sin parar ocupaban todo el espacio, y en el primero un trasiego de gente entre despachos y la cafetería fue la tónica habitual. El restaurante abre mandato ofreciendo productos sin gluten por primera vez. Hay más opciones para celíacos, pero menos para ir al baño porque a la Cámara de Vitoria la investidura le pilló en obras. Algunos de los aseos de la planta más noble no funcionan temporalmente. Andueza desperezó al auditorio con su «gora Euskadi» a todo volumen. «¡Gora!», respondió Tejeria provocando las risas del personal. «¡Uy, perdón!», se excusó.
A las 18.31 horas reapareció Urkullu y a las 19.00 en punto arrancó la era Pradales.
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