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Fernando Savater acaba de publicar 'Carne gobernada', un libro con nombre de plato asturiano sobre su ideario político y ético pero también sobre su universo personal, el dolor de la viudez, la pulsión del deseo y el amor.
- Habla en la parte política de ... su libro de que ahora todo el mundo se siente víctima. Y parece que a las víctimas se les pide que dejen de serlo.
- En una democracia, políticos somos todos. Unos ejercen pero los demás también lo hacemos eligiendo o quitando a unos u otros. El único cargo insustituible en política es el ciudadano.
- Hace un paralelismo con una frase sobre Sartre y Aron. ¿Cree que la sociedad española prefiere equivocarse con Sánchez ante el riesgo de la extrema derecha?
- Lo primero: la extrema derecha es un invento de la extrema izquierda. Ya lo dijo hace años el filósofo Jean-François Revel. En las últimas elecciones, los ciudadanos sabíamos ya quién era Sánchez, las barbaridades que había hecho y lo que se podía esperar de él... Sin embargo, la gente volvió a votarle por si venía la derecha. Prefirieron equivocarse a acertar. Pero Sánchez no es Sartre ni Feijóo es Aron (risas).
- ¿Una formación como Vox no le parece de extrema derecha?
- Es un partido de derecha radical. Pero no ha hecho las cosas que ha hecho Podemos, que sí que es un partido de extrema izquierda que ha causado daños, yo creo que irrecuperables, al país. A mí Vox no me gusta. Prefiero la derecha moderada que el radicalismo. Y me dan mucho miedo sus cosas religiosas y la teocracia la temo mucho. Pero más teocrático que la izquierda no hay nada.
- Sostiene también que se puede ser comunista de buena fe, pero no se puede ser fascista de buena fe.
- El comunismo, como idea, puede engañar a la gente pero me parece muy difícil en el caso del fascismo, que es excluyente por naturaleza. Se puede ser comunista, que es algo equivocado e ingenuo, pero puedo entender ese ideal.
- Recupero una más. «El separatismo es el peor enemigo del Estado y no es un problema territorial sino entre ciudadanos».
- Sí, hay un empeño en decir que en España tenemos un problema territorial y no lo hay. La pluralidad y la variedad es la misma que la de cualquier otro país europeo, como Italia. Todos lo son. Los territorios no están enfrentados para nada. Lo que hay es un grupo, en ciertos territorios, más o menos xenófobo, que se cree mejor y quiere expulsar a los demás porque dicen que han venido de fuera. Es un problema de respeto a los derechos de los convecinos. Es un problema de concepción étnica de la ciudadanía, una de las desgracias carlistas desde el siglo XIX.
- Ha escrito mucho sobre ética. ¿Cree que se ha traspasado una frontera ética con la amnistía?
- La amnistía es una medida política. Éticamente a mí me parece reprobable aprobar una ley que es discriminatoria y que va contra el Estado de derecho porque conculca las decisiones judiciales y crea diferencias entre delincuentes que deben ser perdonados y otros que, habiendo hecho lo mismo, deben ser condenados. Es una quiebra de la igualdad. Es de la mayor gravedad y más cuando parece que va a incluir algunos hechos terroristas.
- Usted defiende que el separatismo siempre es de derechas.
- Sí, el separatismo es un cáncer evidente de los Estados para cumplir sus funciones sociales. Un estado no es un damero maldito o un puzle. Es una entidad que mantiene la libertad y la igualdad. Evidentemente, si cada uno va por su lado, el Estado se desmorona y cuando los ciudadanos no ven lo que hay en común es una desgracia sin paliativos.
- ¿Que 15 años después del fin del terrorismo esté sobre la mesa la posibilidad de un lehendakari de Bildu supone haber pasado página demasiado rápido?
- Sobre todo cuando no ha habido ningún cambio en su ideología. Porque otra cosa sería si hubieran pasado 15 años pero hubieran hecho un acto de arrepentimiento todas las personas implicadas en la violencia diciendo que estaban equivocados, que utilizaron medios totalitarios y que tenían un proyecto totalitario. Pero, al contrario, están orgullosísimos de lo que hicieron y quieren sacar a los que están en la cárcel y ponerlos a gobernar. Así, 15 años son pocos y 50, también.
- Pidió el voto para Ayuso. ¿Una figura así es impensable en la política de Euskadi?
- No tendremos esa suerte.
- ¿Por qué es tan impensable?
- Porque aquí hay una mitología y las dos cosas peores que hay es ser español y de derechas. Y por eso vemos al PNV diciendo que van a detener a la derecha como si fueran la extrema izquierda.
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