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La entrega por parte de Pedro Sánchez al PNV del edificio de París que fue sede del Gobierno vasco de José Antonio Aguirre en el exilio y que en la actualidad es la sede del Instituto Cervantes, vuelve a formar parte del nuevo decreto ómnibus ... aprobado por el Consejo de Ministros y que esta vez sí, a diferencia de lo ocurrido la semana pasada, será aprobado por el Congreso de los Diputados porque el texto ha sido pactado con Junts. «Aquí no se regala ningún palacete a nadie, sino que se devuelve un inmueble a su legítimo propietario después de ser incautado por la Gestapo y entregado al franquismo», ha ensalzado el presidente del Gobierno.
Fuentes jeltzales se felicitaron de la decisión pero matizaron, no obstante, que el asunto ya está más que zanjado porque el traspaso ya se ha consumado. Y es que la semana pasada, cuando decayó el decreto y todo el mundo pensaba que se quedaba sin un edificio que viene reclamando desde hace décadas, el PNV desveló que la «transmisión» patrimonial ya se había realizado y que, independientemente de lo que había pasado en la Cámara baja, «celebraban» que el edificio ubicado en el número 11 de la Avenida Marceau en París ya está «en sus manos».
La estrategia que ha utilizado el PNV es moverse entre bambalinas mientras a la luz estallaba una bronca política. El PP, sobre todo a través de Miguel Tellado, había criticado con dureza el acuerdo suscrito con el Gobierno. El portavoz popular en el Congreso calificó el martes al partido jeltzale como «aprovechategui» y calificó su actitud sobre este tema de «miserable y asquerosa». «Es un sinvergüenza», respondió la representante jeltzale Idoia Sagastizabal en el pleno cargado de tensión que se celebró horas después y en el que, en teoría, se estaba decidiendo el futuro del palacete parisino. Si el decreto caía, el PNV se quedaba sin él.
Pero, en realidad, todo formaba parte de una escenificación. Porque todo había quedado resuelto de forma mucho más discreta. O, al menos, eso argumenta el PNV. Al no haber sido convalidado el decreto ley, todos sus efectos quedan derogados. Por ejemplo, las ayudas al transporte que han funcionado este mes. Pero lo que no se anulan son los efectos que se han producido. ¿Y en este caso cuáles son? Pues que, según informó el PNV, durante este último mes «la transmisión ya ha sido establecida por ley y es un acto que ya se ha perfeccionado y completado». Básicamente, que todo el proceso de entrega se ha realizado y que el PNV ha registrado el edificio a su nombre. Fuentes jurídicas recalcan que si ese proceso se ha realizado de forma correcta, los jeltzales tendrían razón a pesar de lo sucedido en el Congreso.
De hecho, hay un antecedente. El argumento jurídico es el mismo que se utilizó cuando decayó otro decreto ómnibus que contemplaba dar plena carta de naturaleza a Usansolo como municipio independiente de Galdakao. Del mismo modo, las autoridades locales argumentaron que, mientras el decreto estuvo vigente, registraron el municipio en el listado de entidades locales.
Por ello, los jeltzales celebraron que, «pese a las infundadas resistencias», se «haga justicia y el edificio de la Avenida Marceau, incautado por la Gestapo y posteriormente ocupado por el franquismo, esté en manos de su legítimo dueño». El edificio fue comprado por encargo del PNV en 1937, luego pasó a manos del régimen franquista, fue incautado por la Gestapo durante la ocupación alemana de Francia y entregado al régimen franquista por la Justicia francesa en 1951. En la actualidad es la sede del Instituto Cervantes.
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