Elorza se suma a las voces críticas y ve «inaceptable» la medida

Elorza, que formó parte de la ejecutiva federal del PSOE como secretario de Transparencia y Participación Democrática tras las segundas primarias que ganó Sánchez, consideró ayer «inaceptable» negociar una amnistía con Junts como condición «previa» -en mayúsculas en el mensaje colgado en su cuenta de X, antiguo Twitter- para que los neoconvergentes apoyen la investidura del candidato socialista. A su juicio, en las conversaciones para sumar los apoyos necesarios que eviten nuevas elecciones en enero no vale todo. La negociación debe sortear, advirtió, «riesgos para la credibilidad de la política, la calidad de la democracia y la convivencia en una España plurinacional».

El exdirigente se suma así a otras voces del socialismo vasco, como la de Jesús Eguiguren que, sin cerrarse del todo a negociar con el expresident, sí ponen límites a esas conversaciones e incluso sugieren que una repetición electoral podría ser deseable e incluso beneficiosa para los intereses de Sánchez. El contundente tuit publicado ayer llegaba precedido, de hecho, por una reflexión mucho más extensa en su blog personal en el diario 'Público', difundido la víspera. En ese texto, titulado 'España en manos de Puigdemont', Elorza aconsejaba que las conversaciones con Junts se desarrollen «con prudencia y lealtad al Estado de Derecho». «El diablo está en los detalles y todos los pasos deben ser coherentes y estar muy medidos», advertía.

De lo contrario, el exalcalde donostiarra vaticina una legislatura condicionada por su propio alumbramiento, «calamitosa, con una derecha fuera de sí y un Gobierno en lucha permanente por la estabilidad». Elorza advierte a la actual dirección del PSOE de los «riesgos» de adentrarse en ese escenario y de la peligrosa «polarización» que provocaría, hasta el punto de llegar a «romper las costuras del sistema democrático de convivencia». «La opción de un Gobierno entre PP y Vox, con ocasión de una posible repetición electoral en enero, le da ahora a Puigdemont, enemigo declarado de España, todo el protagonismo y provoca un estado de ansiedad en la izquierda», describía. Para Elorza, el endiablado escenario postelectoral es, en realidad, una «oportunidad» para hacer «política de altura». Y confió, en ese sentido, en «la responsabilidad y sentido de Estado» de Sánchez a lo largo de ese proceso. «Y si tiene que romper con Junts nadie debería descartar que esa decisión se convierta en una baza electoral a su favor de cara a enero», apuntaba.

También Eguiguren abogaba por repetir los comicios antes que «ofender a los constitucionalistas». Pese a esas críticas, y las de dos exsecretarios generales del partido como Ramón Jáuregui y Nicolás Redondo, el PSE cierra filas con Sánchez e insiste en su «plena confianza» en que nada de lo que se haga estará fuera de la Constitución.