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Cataluña celebró elecciones este domingo.
Qué pasó. El ganador fue el PSC de Salvador Illa; el independentismo perdió su mayoría en el Parlament por la debacle de ERC, el PP triplicó sus resultados y la ultraderecha xenófoba catalana accedió a la Cámara con dos ... escaños.
Los resultados han provocado diversas consecuencias este lunes
Estos son los puntos claves del día después de los comicios.
El expresident huido, Carles Puigdemont, ha asegurado desde Francia que se presentará a la investidura pese a no haber ganado las elecciones. Su baza es muy clara. Si no es elegido, la gobernabilidad de Pedro Sánchez, que necesita sus votos, estará en peligro.
Las dos advertencias de Puigdemont son cristalinas.
Al PSC le ha recordado que si trata de lograr el apoyo del PP para investir a Illa, dará por roto el acuerdo que sustenta la legislatura de Sánchez.
Y a ERC le ha advertido de que no debe sumarse a un tripartito de izquierdas (con PSC y los Comuns), sino a otro de «obediencia catalana», con Junts y la CUP, aunque esta fórmula no suma mayoría.
De president a dejar la primera línea política. El candidato de ERC y president en funciones de la Generalitat, Pere Aragonés, ha anunciado hoy que no recogerá su acta de diputado. Su partido ha pasado de 33 a 20 escaños, trece menos, que aparentemente han capitalizado tanto el Junts de Puigdemont como el PSC del vencedor Illa. A ambos les ha advertido de que ERC se mantendrá en la oposición. Los dos le necesitan para formar gobierno, salvo que lo acuerden entre ellos.
El PSC y el PSOE consideran que no hay ninguna posibilidad de que Salvador Illa se aparte para que gobierne Puigdemont.
La portavoz de los socialistas catalanes, Nuria Parlón, ha pedido a ERC que, si de verdad va a pasar a la oposición, no bloquee la posibilidad de que Illa «pueda desarrollar esta nueva etapa».
Ante la amenaza de Puigdemont de acabar con la legislatura de Sánchez, ha respondido con una pregunta. «¿Qué les conviene más, un Gobierno de derechas que no esté por pasar página y mejorar la convivencia? Creo que no les dejaría en una buena posición».
Según el reglamento parlamentario, para salir elegido presidente en primera ronda hace falta sumar una mayoría absoluta de 68 diputados, mientras que en segunda ronda basta con una mayoría simple.
Puigdemont aspira a gobernar con ERC y la CUP. Son 59 escaños, más de los que podría sumar el PSC con los comunes (48) o con el PP (57).
Pero si el candidato socialista incorporase a la ecuación a los comunes y a los populares juntos, como en el Ayuntamiento de Barcelona, podría ser nombrado president.
Salvador Illa también puede apostar por un tripartito de izquierdas con ERC y los Comunes (68 escaños).
El dirigente socialista tendría una opción más enrevesada: un pacto con el PP y que Vox se abstuviera.
El Partido Popular, que ha triplicado su número de escaños, consideró que sus resultados son «un paso de gigante» para que Núñez Feijóo llegue a la Moncloa. Su portavoz, Borja Semper, no ha querido zanjar la duda de si apoyarán una eventual investidura del socialista Salvador Illa, pero sí han advertido que no brindarán sus votos a quien «medie pactos con los independentistas».
La figura más sorprendente del nuevo escenario político catalán es Silvia Orriols, líder de Aliança Catalana (2 escaños). Es una formación independentista, xenófoba e islamófoba, que comparte con la extrema derecha europea su creencia en 'el gran reemplazo' -que viene a decir que la población europea va a ser sustituida por una invasión musulmana-. Orriols, que tiene cinco hijos, propugna que se eliminen las ayudas a inmigrantes, entre los que incluye a los españoles que residen en Cataluña. En sus primeras declaraciones ha asegurado que sus dos escaños le servirán para «seducir» a más catalanes.
El Parlament debe estar constituido dentro de los veinte días hábiles después de los comicios, con lo que la fecha límite es el 10 de junio.
Pere Aragonès, en su rol de president en funciones, es el encargado de convocar la primera sesión donde la nueva cámara decidirá quiénes ocuparán la presidencia, las vicepresidencias y las secretarías de la Mesa del Parlament. Será el presidente de la Mesa quien tendrá un periodo de diez días hábiles, una vez conformada la Cámara, para convocar el Pleno de Investidura. Los debates de investidura tienen lugar en ese plazo, pero si no se alcanza ningún acuerdo, la fecha límite es el 25 de junio.
El candidato necesita la mayoría absoluta en la primera votación o la simple, en la segunda, que se convocaría 48 horas después. Si en dos meses no es elegido ningún presidente, se procedería a llamar de nuevo a las urnas. En ese caso, la campaña solo duraría una semana.
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