Simpatizantes de EHKS, en la multitudinaria presentación del partido en el frontón de Eibar el pasado diciembre. EP

EHKS busca implantarse en todo Euskadi mientras mete presión a la izquierda abertzale

El choque por la instalación de una txosna en Bilbao es el último enfrentamiento entre los dos movimientos

Lunes, 8 de enero 2024, 00:27

EHKS (Euskal Herriko Kontseilu Sozialista), la formación comunista ortodoxa que se puso en marcha a mediados de diciembre y que busca confrontar directamente con Bildu y Sortu, ha intensificado su campaña de expansión buscando el choque directo con la izquierda abertzale. El Consejo Socialista ha ... comenzado a presentarse en un buen número de localidades de Euskadi y Navarra, con una estrategia con la que pretende hacerse un hueco en caladeros sociales donde hasta hace bien poco los de Arnaldo Otegi eran hegemónicos. No son los únicos. Otros grupos disidentes también están dispuestos a elevar la presión en cuestiones sensibles como los presos de ETA.

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El principal objetivo de EHKS, nacida de la plataforma juvenil GKS, es buscar las contradicciones de Bildu para tratar de demostrar que es un «partido burgués» que ya no representa una alternativa real sino que «forma parte del sistema» y que, además, ejerce un «veto político» al movimiento socialista. Y ahí vuelve a ponerse el foco en las txosnas.

Desde que GKS irrumpió en el escenario hace un par de años, uno de sus principales retos es hacerse un hueco en los espacios juveniles. Y las barras de las fiestas son fundamentales, tanto para lograr militantes como para recaudar fondos. Algunos de los enfrentamientos más significativos se han producido en ayuntamientos gobernados por EH Bildu. Pero no solo ahí. En otras localidades donde tampoco han podido instalarse han acusado directamente a la izquierda abertzale de vetarles en espacios donde los diferentes colectivos suelen tener un peso importante para decidir quién entra y quién no. Y eso es lo que ha ocurrido en Bilbao.

Estrategia de desgaste

Quieren retratar a Bildu como «burgueses» que ejercen un «veto» sobre el movimiento socialista

La comparsa Luberri, impulsada por el movimiento socialista, denunció hace unas semanas que la izquierda abertzale había prohibido su entrada en Bilboko Konpartsak, la asociación que engloba a todas las comparsas. Según su relato, se les ha acusado de «ser agresivos», de «atentar contra los movimientos populares» y de «actuar contra el feminismo» cuando «el verdadero motivo de la decisión es, como en tantos lugares, expulsar al Movimiento Socialista de espacios amplios». En una votación no exenta de polémica, Bilboko Konpartsak decidió finalmente que Luberri no estará en el recinto festivo en la próxima Aste Nagusia.

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De forma paralela, EHKS ha comenzado a presentar su proyecto por diferentes localidades del País Vasco, con un discurso en el que recalca su perfil comunista ortodoxo y su apuesta, de momento, por mantenerse fuera de las instituciones. De hecho, aún no se ha inscrito en el registro de partidos del Ministerio del Interior. Su estrategia no pasa tanto por competir con EH Bildu por lograr más o menos escaños, sino por tratar de desgastar su base social. Una hoja de ruta que sigue sin preocupar demasiado en la coalición soberanista, convencidos de que tienen el viento de cola socialmente.

Los presos, otro frente

La plataforma crítica Aske montó una concentración en Zaballa alternativa a la de Sare en Basauri

Disidentes tradicionales

Pero la situación en Bilbao y lo relacionado con EHKS no es el único dolor de cabeza que tiene la izquierda abertzale. El otro está más vinculado con los grupos disidentes más tradicionales, que siguen buscando hacerse un hueco en el colectivo de presos. Hasta la fecha, con escaso éxito. De los alrededor de 150 que siguen en prisión, apenas una decena siguen fuera de la línea oficial.

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El pasado fin de semana, mientras Sare organizaba una marcha a la cárcel de Basauri de cara a la tradicional manifestación que como cada año pedirá el próximo sábado en Bilbao la excarcelación de los presos de ETA, la plataforma Aske, vinculada con los críticos, monta una concentración alternativa en Zaballa. Un centenar de personas fueron identificadas tras saltarse el perímetro establecido por la Ertzaintza y lanzar bengalas.

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