Egibar avisa de que «toca renovar» a «referentes» en la estructura del PNV

Egibar no suele dar puntada sin hilo y tampoco lo hizo en esta ocasión al ser preguntado por el «relevo» interno en el PNV, que comenzó con la designación de Imanol Pradales como candidato a lehendakari en sustitución de Iñigo Urkullu. Una apuesta por el cambio generacional que, sobre el papel, debería tener su continuidad en la novena Asamblea General jeltzale, en la que, si se cumple el guion, se elegirá una nueva ejecutiva nacional y, a la par, se renovarán también las territoriales. Un cónclave que, tras el declive de la sigla en las últimas convocatorias electorales y tal como adelantó EL CORREO, se plantea como un revulsivo que sirva también para poner al día las bases ideológicas y doctrinales de la formación al estilo de citas históricas como la Iruña en el 77 o la de Zestoa diez años después, tras la escisión.

Precisamente, Egibar recordó ayer el «trauma» de aquella ruptura interna y la «tranquilidad» que ha reinado en el partido en los últimos años. De hecho, puertas adentro se interpreta que, tras obtener menos votos en Gipuzkoa que en las autonómicas de 2020, celebradas en plena pandemia, y ceder a Bildu 81 de las 88 alcaldías del territorio, Egibar se está moviendo para mantener el poder interno que ostenta en virtud del pacto que alcanzó con el sector oficialista tras la salida de Josu Jon Imaz.

De hecho, cuando se especuló con la posibilidad de que el PSE ocupara la presidencia del Parlamento tras mejorar sus resultados el 21-A, Egibar saltó para defender la continuidad de Bakartxo Tejeria, a la que incluso ha situado en la mesa de negociación con los socialistas del futuro Gobierno de Pradales.

Ahora, mientras a sus 62 años Andoni Ortuzar deshoja la margarita de su posible continuidad al frente del PNV, los burukides contienen la respiración a la espera de las europeas y afloran las tensiones -en Bizkaia se ha cuestionado, por ejemplo, la salida de Nerea Lupardo de la dirección del Palacio Euskalduna para dar entrada a Iñigo Iturrate- Egibar toma posiciones.

Ayer no sólo mandó el recado a Ortuzar de que el relevo debe ser para todos, sino que dejó claro también a quienes le dan por amortizado que una cosa es jubilarse -lo hará, dijo, cuando cumpla 65 años en noviembre- y otra muy distinta dejar la política. De eso, avisó, no piensa «retirarse nunca» y lo demostró: puso deberes a Sánchez para que abra ya el melón territorial y a su partido para que dé prioridad a la «agenda vasca» y acabe con la «españolización» de la política en Euskadi. Sobre sus posibles sucesores al frente del GBB, mantuvo el suspense: «Siempre hay gente. Otra cosa es que quieran».