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Las dudas abiertas sobre el futuro de Andoni Ortuzar, sobre si seguirá al frente del Euzkadi buru batzar o dará un paso atrás, no solo condicionan el debate interno en el PNV, también las relaciones con el resto de partidos y a las negociaciones pendientes ... para resolver algunas de las cuestiones que están sobre la mesa. Y una de ellas es la reforma del Estatuto.
El líder jeltzale ya se ha puesto en contacto con las otras formaciones para poner en marcha la ronda de contactos que anunció en julio para reactivar la ponencia de Autogobierno que hiberna en el Parlamento. El debate sobre cómo actualizar el actual Estatuto arrancó hace diez años, han comparecido decenas de expertos, ha atravesado ya cuatro legislaturas y ha dado lugar a varios textos, pero sigue metido en un laberinto del que nadie sabe muy bien cómo salir.
La ponencia quedó introducida en un congelador en 2020 ante la evidencia de que no se podía encontrar un consenso similar al de 1979, pero en las pasadas elecciones de abril tanto el PNV como EH Bildu se comprometieron a impulsar de nuevo la negociación.
Fue el propio Ortuzar quien tras reunirse con Imanol Pradales el 16 de julio escenificó su apuesta afirmando que había comunicado «al lehendakari que el PNV, como partido más votado el 21 de abril, está dispuesto a asumir la responsabilidad de gestionar este tiempo de diálogo».
Los contactos se producirán en breve, pero tanto EH Bildu, como el PSE y el PP observan un problema añadido a los ya existentes. En la práctica, el líder del EBB está en una situación de interinidad a la espera de que confirme si continúa o no. Se da por hecho que la incógnita se resolverá mucho antes, pero la agonía podría alargarse hasta mediados de enero.
Y la pregunta que se hace el resto de partidos es la misma. «¿Qué validez tendrá lo que se pueda negociar ahora con Ortuzar?». «Si Andoni continúa, no habrá problema, ¿pero si se va? ¿La persona que le reemplace querrá mantener la misma línea, asumirá sus decisiones?», se preguntaba esta misma semana un dirigente del PSE-EE. Unas dudas que también tienen en EH Bildu –«habrá que ver quién toma el mando si Ortuzar sale»– e incluso en el PP.
La incógnita sobre el futuro del presidente del PNV no hace sino añadir más niebla a un debate ya de por sí bastante denso. De hecho, no se sabe qué fórmula se utilizará, si se reactivará la ponencia, si se volverá a llamar a los expertos que ya elaboraron un informe sobre las propuestas de los partidos...
A esto hay que añadir que los motivos por los que en una década no se ha resuelto nada siguen intactos. Ni tan siquiera está claro de lo que se habla. El PSE y el PP recalcan, con más o menos entusiasmo, que lo que se debate es la actualización del Estatuto para adecuarlo al siglo XXI. EH Bildu alude a un «nuevo estatus» que permita un cambio en las relaciones con el Estado, mientras que el PNV hace equilibrios entre las dos fórmulas. Las dos formaciones abertzales, además, subrayan que cualquier reforma tiene que incluir una alusión al derecho a decidir, un concepto que tanto socialistas como populares rechazan de plano.
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