El discurso soberanista de Urkullu incomoda al PSE pero lo achaca a una posición «personal»

Urkullu tampoco quiso avivar demasiado el fuego, pero sí lanzó varios 'recados' a los socialistas. En declaraciones desde Bastia, consideró que «no es novedoso» que Andueza «no solo choque con el PNV, sino que choque» también con él, y recuperó el acuerdo de Gobierno suscrito entre los dos partidos. «Lo curioso es que somos dos formaciones que conformamos una coalición con un programa que tiene como objetivo principal 'más y mejor autogobierno', así está escrito», afirmó Urkullu, quien añadió: «Sería bueno que incidiera -en alusión a Andueza- en esta cuestión». «Más y mejor autogobierno es más capacidad de soberanía. Creo que es algo que defienden todos los pueblos del planeta», remató el lehendakari.

Tanto las palabras de Zupiria como las de Urkullu revelaron la pugna por defender las posiciones propias ante sus respectivas parroquias en un asunto que acostumbra a reverdecer cuando se acercan las elecciones pero que está delimitado en el acuerdo de gobierno como discrepancia pactada. En plena carrera ya hacia las urnas de 2023, con la amenaza de una elevada abstención sobrevolando y la desafección hacia los partidos en uno de sus momentos álgidos, PNV y PSE tienen claro que es prioritario evitar el «ruido» y no enredarse en discusiones bizantinas. Pero, a la vez, cada uno «tira de la cuerda» hacia su propio lado, en expresión de un miembro del Gobierno, aunque la soga no llegue a romperse.

La reacción del líder del PSE a la defensa que Urkullu hizo el lunes de un Estado plurinacional en el que se proceda a una «redistribución de la soberanía» para reconocer «jurídica y políticamente» a las «realidades nacionales» vasca y catalana fue un ejemplo de libro de esos equilibrios. Deseoso de preservar el clima «tranquilo y constructivo» que achaca a la presencia de los socialistas en los gobiernos, Eneko Andueza minimizó el alcance de la propuesta del lehendakari con el argumento de que las «preocupaciones» ciudadanas «son otras». No sólo eso. Las situó dentro de las declaraciones «personales» que se hacen «mirando al partido».

No obstante, el mar de fondo existe. Andueza advertía este fin de semana en EL CORREO de que el PSE no seguiría en el Ejecutivo si el PNV decidiese rescatar la vía soberanista. El PSE defiende la coherencia de su posición y especifica que solo daría un golpe en la mesa si sus socios pasasen de las palabras a los hechos, como cuando Ibarretxe presentó su plan o se firmaron las bases soberanistas con Bildu. Además, al PSE no le ha gustado demasiado, según las fuentes consultadas, que el primer destino del lehendakari tras el parón del covid sea una región netamente independentista en vez de un territorio «estratégico».

Zupiria recordó a los socialistas que, tras la «larga exposición» que el lehendakari hizo del viaje durante su intervención telemática en el Consejo de Gobierno, ninguno de los tres consejeros del PSE planteó «pregunta o comentario alguno».